Spain FF Spain D6: "Rebel Outbreak": partida de rol online

Asiento.
"Por si sirve de algo para tranquilizar, la chica con quien va Nicola es muy fiable y capaz. Creo que Nicola estará bien acompañada… Pero si la mitad de lo que he oído sobre las fuerzas de Gerrera es cierto, podrá valerse por sí misma en cualquier caso…"

Miro a nada en concreto, pensando en lo que sé sobre el grupo de guerrilleros.
"¿Has… participado tú también con ellos?"

 

El droide asiente, sin querer dar más información. Antes de que Jad pueda decir nada más, el metro se detiene y las puertas se abren con un zumbido hidráulico. Es una parada exterior, elevada, con un monorraíl que pasa sobre lo que parece ser una calle que incluso a estas horas está transitada. Desde vuestros asientos podéis ya vislumbrar los colores intermitentes de carteles lumínicos y hologramas y escuchar el murmullo de gente de fiesta. Unodé se levanta y dice:

"Hemos llegado a Mhogn Sur. Intentemos pasar desapercibidos."

Probablemente Jad se pregunte cómo un droide de su tamaño piensa pasar desapercibido, pero Unodé no parece muy preocupado.

 

Me encojo de hombros, y camino con normalidad a un par de metros de Unodé, confiando en llamar menos la atención por separado.

 

La calle por la que camináis es una avenida bastante ancha, llena de gente que parece ir de club a club. Casi todos parecen locales, pero veis mucha gente que asumís que son miembros de las fuerzas armadas imperiales. La gente ríe y habla en lenguas varias mientras pasáis a su lado. Realmente nadie parece fijarse en Unodé, ya que la presencia de droides de seguridad en las puertas de los clubs es bastante común.

De repente, alguien le echa el brazo por los hombros a Jad.

Es una twi'lek de piel anaranjada, vestida con una chaqueta corta de piel sintética sobre un escueto bikini plateado y con numerosos tatuajes sobre brazos y lekku. La chica mira a Jad con la mirada ligeramente desenfocada y dice:

"Hola..."

Su ropa huele como si estuviese impregnada de whiskey con refresco de namana.

 

"Um. Hola…" Miro a los alrededores y, mientras intento desembarazarme de la situación, señalo a algún hombre de espaldas a nosotros. "Creo que ese chico te estaba buscando…"

A la vez, espero sinceramente que no me esté robando nada.

 

La muchacha se gira y se acerca tambaleante al tipo que Jad le ha señalado, procediendo a echarle el brazo por encima del hombro.

 

Tras ello sigo mi camino, tratando de no perder de vista a Unodé, y esperando no haber llamado la atención…

 

Lentamente os alejáis de la calle de bares, siguiendo el camino marcado por la ruta...

CORTINILLA DE ESTRELLA

A cinco manzanas de distancia, Hikari y Ni Fhong caminan por uno de los callejones que atraviesan la zona de clubs, uniendo dos calles principales. Los edificios a ambos lados son bastante altos y atravesados por pasarelas superiores a unos diez pisos de altura. De vez en cuando pisan en charcos o le dan patadas sin querer a las muchas latas de cerveza y carboglucosa. Incluso en una ocasión tienen que saltar el cuerpo carbonizado de lo que parece ser un droide de seguridad. Ni Fhong murmura:

"No nos ha tocado la ruta más glamurosa."

 

Hikari asiente y responde: "No importa mientras nos sirva. Y, en este caso..." Da un pequeño salto para sortear uno de los cuerpos de los droides... "creo que no habrá muchas patrullas por esta calle." ... y aterriza en un charco de agua sin perturbarse demasiado.

 

De repente se escuchan pasos enfrente, como de varias personas. Ni Fhong asiente levemente para hacerle ver a Hikari que también lo ha escuchado. Las siluetas de cuatro personas caminando de manera indolente se recortan al fondo de la calle. En un par de segundos, cuando pasan bajo la luz azulada emitida por un holograma que debe flotar sobre el callejón, ambos pueden ver que se trata de cuatro adolescentes, los cuatro con sonrisas agresivas en sus caras y dándose codazos entre sí. Los cuatro llevan chaquetas sobre el torso desnudo (igual que Godinh, lo que posiblemente le haga entender a Hikari que se trata de algún tipo de moda habitual entre jóvenes problemáticos). Llevas las manos en los bolsillos y caminan hacia el frente, ocupando toda el callejón.

 

Hiraki le susurra a Ni Fhong que prepare su arma, si tiene una, y le indica por gestos que se ponga cerca de la pared. Mientras, Hikari desenvaina la katana y apoya la parte roma en su hombro izquierdo. A continuación, calmado, se acerca a una de las paredes y se apoya de espaldas a ella, cerca de alguno de los cuerpos de droides chamuscados. Agacha ligeramente la cabeza y espera a que pasen los jóvenes.

 

Tres de los muchachos continúan, su mirada súbitamente seria, pero el cuarto se detiene y mira a sus colegas con incredulidad.

"Bạn hèn nhát!"

El muchacho intenta adoptar una pose intimidadora (la popularmente conocida como "la cobra") y le grita a Hikari:

"¡Eh, đồng tính! ¿Quién lồn te crees que eres, sacándonos esa kiếm, eh?"

El chaval saca la mano de los bolsillos y le muestra un pequeño vibrofilo. Ni Fhong se tensa. Los otros chicos abren los ojos alarmados.

"¿No es esa cosa un poco grande para pelear? Seguro que te rajo la cara antes de que puedas moverte, con đẻ hoang."

 

Sin prestar mucha atención al muchacho Hikari empieza a juguetear con el pie y a darle pataditas a la cabeza del droide: "Kozou, ¿Eres incapaz de percibir el peligro? No deberías meterte en asuntos de los mayores."

 

(Iniciativa)

Los ojos del macarra arden con furia y este lanza un navajazo al pecho de Hikari.

 

Hikari se mueve rápido hacia un lado y desvía la navaja con un golpe descendente de la katana. Agarra fuertemente la empuñadura con las dos manos para y le lanza un golpe a la cara para darle con ella.

 

El golpe le impacta directamente en el tabique nasal, que se parte de pedazos con un sonoro crujido. El macarra se desploma como un fardo sobre el droide calcinado. Ni Fhong mira a los aterrorizados tres adolescentes y, moviendo ligeramente su chaqueta para que se vea la culata de su blaster, musita:

"Ra ngoài..."

Los tres chavales salen corriendo desesperados, empujándose entre sí. Ni Fhong mira a Hikari y dice:

"Veo que sabes desenvolverte. Tenemos que salir de aquí antes de que alguien avise a la policía..."

 

Hikari asiente, limpia la sangre y envaina la katana. "¿La vida del chico corre peligro? No me gustaría que muriera si le podemos atender rápido. Si no es así, marchémonos."

 

Ni Fhong se agacha rápidamente junto a él, le pone al mano en el cuello y dice:

"Aún respira. Si sobrevive o no, será cuestión de la providencia, pero no creo que tenga problemas."

 

"De acuerdo. Vamos"

 

CORTINILLA DE BATMAN SESENTERO

Jad y Unodé siguen caminando por las bastante transitadas calles del distrito, por donde ahora hay muchos grupos bebiendo de pie en la calle. Los bares parecen estar volviéndose de menor nivel y la gente de clase social inferior, casi todos trabajadores. En las paredes hay numerosos posters en aurabesh anunciando bares y otros tipos de divertimentos, y muchos de ellos con pintadas encima en el desconocido lenguaje local.

De repente, frente a Jad y Unodé, uno de los miembros de uno de los grupos que bebe en la calle, se gira y le sujete un brutal puñetazo a un rodiano que pasaba en dirección contraria y le ha dado un codazo al pasar. La gente se da cuenta de que ha empezado una pelea y comienzan a dirigirse hacia allí.

 

Pienso por un momento en cambiar de dirección para tratar de rodear la incipiente pelea, pero como podría volverse multitudinaria y arrastrarme a la multitud, decido seguir a Unodé a menos de medio metro de distancia.
"¿Será un problema apartar gente de nuestro camino para alejarnos de aquí sin involucrarnos?"

 

"Puedo levantar dos toneladas de peso sin crear ninguna sobrecarga en mis servomotores."

 

"Um, me refería a si suelen dejar hueco cuando pasas… Bueno, vámonos de aquí."

 

Esquivando la pelea antes de que se haga imposible pasar, Jad y Unodé continúan su caminar. Aún tienen que atravesar el resto del distrito antes de llegar al punto de encuentro. Esperan que su suerte se mantenga...

CORTINILLA DE ESTRELLA

Y a ese punto de encuentro acaban de llegar Denith, Kiwi y Godinh.

"Parece que somos los primeros."

En la orilla de uno de los múltiples ríos, casi en el exterior de la zona urbana y dentro de la zona montañosa, hay un enorme edificio en ruinas. Denith y Godinh apartan varias verjas oxidadas y atraviesan la maleza que ha crecido alrededor del edificio antes de entrar en él a través de una pared derrumbada.

"Este solía ser el puerto de una compañía de ferrys fluviales que hacía viajes para los turistas del sector. Por supuesto, con la llegada del Imperio, se acabaron los viajes de placer..."

Godinh trepa por la escalerilla de mano del hueco de un turboascensor, haciéndole un gesto a Denith para que le siga. El pequeño droide flota a su lado y dice:

"Atmósfera tétrica, iluminación pobre... Un sitio perfecto para morir durante una redada. Muy cinemático."

Llegaís al piso de arriba y Godinh cuelga un pañuelo rojo de un roto ventanal.

"Así los demás sabrán que hay alguien dentro."

Tras hacer esto, el muchacho se tumba en el suelo contra la pared, suspira pesadamente, descuelga una cantimplora de su mochila y echa un largo trago. Mientras se limpia la boca con la manga, le ofrece la cantimplor a Denith."

 

Denith acepta el ofrecimiento mientras pregunta:
- " ¿Cuanto crees que deberían tardar el resto?"
Denith se dirige a Kiwi:
-"Te apetece dar una vuelta por el perímetro, ¿a ver que encuentras?"