Spain FF Spain D6: "Space Riders": partida de rol online

Vorian hace un gesto para dar a entender a Jaan que no realiza ningún movimiento brusco y se gira lentamente con las manos al descubierto: "Soy Vorian Akra Auratus y mi compañera es Jaan Malonna, somos tripulantes de la Hyperion, una nave capitaneada por Denith'Dor Rexnor. Nos dedicamos al transporte de mercancia y trabajos varios." Sonríe. "Contrabando inclusive"

 

El gesto de la mujer se transforma en uno de desprecio:

"No quiero nada con contrabandistas."

 

Vorian sonríe maliciosamente: "¿Y con Jedi y soldados de la Antigua República?"

 

La mujer se queda mirando a Vorian durante un tiempo que parece eterno. Por último comienza a andar hacia vosotros, dejándoos atrás y comenzando a andar hacia la cabaña:

"Venid conmigo"

 

Vorian comienza a seguir a la mujer y le susurra a Jaan: "Veamos donde acaba esto. Para tu tranquilidad te diré que la perturbación que noté en la Fuerza me recordó a la de un amigo, así que no creo que estemos en serio peligro."

 

La cabaña de la mujer es espartana, sin siquiera sillas o mesas. Os hace un gesto para que os sentéis en una especie de alfombrilla de cáñamo mientras ella se quita las hombreras y cuelga la túnica en un pequeño saliente rocoso de la pared. Ahora veis que lleva el pelo recogido en un moño sujeto con dos agujas que parecen ser de hueso. La mujer se cruza de brazos, os mira fijamente y decide también dejarse de rodeos:

"Conoces los caminos de la Fuerza. Eso está claro. ¿Quién te envía? ¿Con qué propósito has venido a buscarme a mi exilio?"

 

Vorian parece divertido por la situación: "No me envía nadie. Llegamos a Yirass transportando un cargamento y allí escuché una historia sobre esta luna que me llamó la atención. Pensé que alguien que quisiera y pudiera vivir recluido podía ser un jedi o como mínimo alguien interesante y, como desde que murió mi maestro he estado buscando a otro Jedi que pueda ayudarme o ser mi maestro..."Vorian se encoje de hombros

 

La mujer te sigue mirando, sin parpadear. Jaan se revuelve un poco, visiblemente incómoda. Finalmente la mujer responde, hablando lentamente.

"Mi nombre es... Milenko. Kura Milenko. Hace años que no utilizo ese nombre. La gente de por aquí me llama simplemente o la Maestra de la Luna de Sal o la Mujer Blanca. Y no, no soy una Jedi. Nadie lo es. La orden se ha extinguido por completo..."

 

Vorian deja caer los hombros decepcionado: "Vaya, parece que no voy a tener suerte..." pausa y comienza a hablar para sí mismo "no sé...me pareció sentir..." mira a Milenko y a Jann y después baja la cabeza y permanece callado unos segundos. Después mira a Kura Milenko y sonrie: "Bueno, yo he sido totalmente sincero con usted. ¿Nos quiere decir quién es y/o qué hace aquí?"

 

Milenko sigue sosteniéndote la mirada:

"Que no sea una Jedi no significa que no puede enseñarte nada..."

Esta vez mira a Jaan y le dice con frialdad:

"Vete. Dile a tus amigos que Vorian se quedará conmigo hasta que sea adiestrado."

Vuelve a mirar a Vorian:

"¿Lo harás, verdad?"

 

Los ojos de Vorian se abren sorprendidos mientras mira a Jaan y ha Milenko alternativamente: "Yo..." Vorian intenta recomponerse y se pone firme y serio "Necesito un poco de tiempo para pensarlo, pero pienso que lo correcto es que sea yo quien tenga que comunicar a mis amigos mi decisión. Volveré a la nave y para entonces ya lo tendré claro."

 

Milenko baja la cabeza y niega lentamente mientras suspira:

"Me temo que no es tan simple. Vivimos tiempos muy complicados. Yo no soy una Jedi... pero lo fui cuando ese nombre aún tenía sentido. El castigo por ello es, como ya sabes, la muerte. El Imperio y sus Inquisidores nos buscan con el propósito de apagar las últimas ascuas de la Orden. No puedo permitir que os vayáis tras haberme encontrado... no con los recuerdos de haberme encontrado aquí. Si te quedas aquí y sigues tu destino, sé que me podré fiar de tus compañeros. Si os vais... me temo que no recordaréis haberme encontrado aquí... Es tu elección..."

 

Vorian cierra los ojos y mira hacia el techo mientras paladea las palabras de Milenko: "Necesitaba escuchar algo así..." Al volver abrir los ojos y mirar al frente parece decidido: "Me quedaré y seré adiestrado. He estado destinado a ello." Una sonrisa más parecida a una mueca comienza asomar "Me imagino que no podré comunicar a mis amigos mi decisión en persona, ¿no?"

 

Milenko niega con la cabeza:

"Será el primero de muchos sacrificios. No es un camino fácil el que se abre frente a ti, pero has tomado la decisión correcta. Es la voluntad de la Fuerza que me hayas encontrado cuando nadie ha logrado hacerlo desde que comencé mi exilio. No te preocupes por tus amigos: podrás seguir en contacto regular con ellos. Ahora os dejaré despediros..."

Milenko sale de la cabaña. Jaan se gira hacia ti y te mira con ojos ligeramente asustados.

"¿Estás... estás seguro? No me gusta la idea de dejarte aquí con una desconocida..."

 

Vorian suspira para aliviar algo de la tensión que ha acumulado, coge las manos de Jaan de manera tranquilizadora y la mira de forma seria: "Si no soy capaz de enfrentarme a esto sólo nunca me convertiré en un Jedi." Tras esa frase sonríe, pero no con su sonrisa falsa, si no una de verdad "Volveremos a vernos. Despídeme de los demás." Le suelta las manos y prosigue "Dile a V0 que venga conmigo, siento que perdáis sus habilidades de reparación pero su presencia me ayudará." Se detiene un momento y se sonroja "antes de que os marchéis me gustaría que V0 guardara un holograma de vosotros..." y termina en voz baja "un recordatorio de que se puede cambiar"

Vorian se sobresalta al percatarse de algo: "Necesitamos una manera de poder volver a encontrarnos por si no puedo volver por mis propios medios. ¿Podrías intentar volver cada cierta frecuencia por el planeta? ¿Cada año o así? Si veis alguna señal que identifiquéis claramente como diseñada por mi cerca de la zona de aterrizaje, significará que ya habré terminado mi entrenamiento. Este lugar tiene que permanecer en secreto, si no podeis venir con tanta frecuencia no os arriesguéis "

 

Jaan abraza a Vorian estrechamente.

"Volveremos a por ti. Te lo prometo."

Tras esto, se levanta lentamente, se limpia las mejillas con el costado de la mano y, tras dirigirle una última sonrisa a Vorian, sale al exterior.

Poco después Kura Milenko entra en la estancia y se dirige hacia un pequeño armario, en el que comienza a rebuscar.

"Comencemos por el principio. ¿Cuan entrenado estás? ¿Cómo son tus habilidades con el sable de luz?"

 

Vorian se rie un poco: "Mi difunta maestra, Mara Formae, no tuvo tiempo de enseñarme mucho. Tengo unos conocimientos básicos sobre el uso de la Fuerza y un hombre llamado Okaaru me enseñó técnicas interesantes. Quitando eso, nada más. Nunca he usado un sable de luz."

 

Milenko gruñe con desaprobación.

"Entonces estás en peligro. Como te he dicho antes, son tiempos muy difíciles para los que seguimos el camino de la Fuerza. No tenemos el lujo de seguir el régimen de entrenamiento standard de la Orden Jedi. La galaxia va a intentar matarte en cuanto se sepa qué eres. Si no eres capaz de defenderte... este adiestramiento no tiene ningún sentido."

Milenko por fin encuentra el objeto que buscaba y te lo muestra en la palma de su mano. Es un sable de luz de color gris oscuro, con un diseño realmente arcaico.

"Me llevé este sable conmigo de la estancia del mismísimo Gran Inquisidor Imperial. Es un sable antiguo, muy antiguo. De la época de la Antigua República. No es tan potente como los sables actuales, pero servirá mientras aprendes cómo construir el tuyo propio. Nunca supe qué me había llevado a detenerme y llevarme ese sable. Ahora creo que siempre fue para ti..."

La maestra se acerca hacia ti y te entrega el sable, dejándote que lo sostengas en la mano.

"Te enseñaré los fundamentos básicos de las siete formas. Cuando aún era una padawan, mi habilidad como espadachín era alabada por todos maestros. No creas que voy a ser permisiva contigo. Entrenaremos todas las mañanas hasta el anochecer. Cuando seas capaz de defenderte con el sable, comenzarás el adiestramiento de cadencias. Te enseñaré algunas maneras nuevas de utilizar la Fuerza, pero lo más importante en estos momentos es que seas capaz de utilizar el sable de luz."

 

Vorian escucha la explicación de su maestra con atención y, cuando termina, empuña el sable con la mano derecha, lo enciende y lo mueve un poco, intentando sentir todos los movimientos. Tras ello, apaga el sable láser y mira al vacío mientras piensa e inconscientemente aprieta la mano con la que sostiene el sable "No pensé que me sentiría así al estar tan cerca de cumplir mi sueño..."

Instantes después mira a Milenko y dice con convicción: "Me esforzaré al máximo, maestra." mientras sigue apretando con fuerza la mano.

 

El filo del sable brilla con luz naranja, como si fuera una llama, iluminando la estancia. Milenko asiente con aprobación.

"Sé que lo harás..."

 

Mientras tanto, Jaan regresa a la Hyperion apesadumbrada y entra en la sala de descanso, donde Denith está tumbado y Koyi, Jad y Uvecero están en estos momentos haciendo unos tests de voltaje. Maggie es la primera que pregunta:

"Vaya, habéis estado fuera poco tiempo. ¿Dónde está Vorian?"

Jaan suspira.

"Vorian se queda aquí..."

(Resto de la tripulación: ¿qué decís?)

 

A mí, que aún no me había librado de la preocupación por el estado de la nave y la amenaza de los Desolladores Nebula, no me hizo mucha gracia hacer este viaje aunque acepté que era preferible a una posible venganza inmediata del noble. Esto hizo que también decidiese permanecer en la nave haciendo reparaciones durante este tiempo mientras Vorian y Jaan exploraban los alrededores.

En este momento levanto la mirada del instrumento de forma repentina:
"¿Que se queda? ¿Cómo que se queda aquí?"
Me pauso un momento, pensando rápidamente con el ceño algo fruncido.
"¿Entonces encontró lo que buscaba? ¿Y os asegurasteis de que no fuese algún tipo de… trampa?"

(Añado el +1D por usar las herramientas al reparar)

 

Jaan os da una versión resumida de lo que ha ocurrido y concluye con:

"No estoy segura de que dejarle aquí un año solo sea una buena idea. Si nosotros hemos encontrado a esa... Jedi, el Imperio podría hacerlo también. Creo que deberíamos buscar algún modo de asegurarnos de que sigue bien... pero no se me ocurre nada."

 

Me llevo la mano al mentón, pensativo.
"Sin contar que si el Imperio le sigue la pista hasta aquí, estará atrapado y sin escapatoria, a no ser que esa mujer disponga de un transporte… Asumiendo, claro, que todo esto no sea algún tipo de trampa para Jedi y sea ella el enemigo. Estando en una región así de remota en el Espacio Salvaje lo veo difícil porque para atraer Jedi hasta aquí habríamos oído rumores en zonas cercanas más pobladas, pero quién sabe."

Dirijo la mirada al droide astromecánico.
"Me pregunto si podríamos hacer que Uvecero enviase alguna señal periódicamente que pudiéramos recoger pasando cerca del sistema y sin que la interceptase el Imperio… O que llegase como mensaje a la Hyperion como mensaje si disponen de algún transmisor hiperespacial. Se te echará de menos, por cierto…" Le doy unas palmaditas en la cúpula.

 

Denith se levanta del asiento:
" Si de verdad es una caballero Jedi, el chico está lo más a salvo que se puede estar... al menos mejor que en una nave hecha pedazos de "mercaderes". Si el chico lo necesita deberíamos dejarlo estar. Aunque si que me preocupa que sea una trampa.... quizás deberíamos pasarnos antes de partir ?"