Spain FF Spain D6: "Space Riders": partida de rol online

Vorian niega con la cabeza: "Usaré lo que me has enseñado" sonríe y se despide "Buena caza, Maestra"

 

(cuando llegue a casa te explico cómo funciona el remoto. Este ejercicio es básicamente para ejercitar el poder de combate de sable de luz. Haremos tres repeticiones y según el éxito que tengas al final de la fase del entrenamiento recibirás más o menos PHs. El entrenamiento está dividido en tres fases, cada una con varios ejercicios. Al final de cada fase podrás gastar PHs pero únicamente en las habilidades apropiadas así como añadir cualquier poder que puedas haber aprendido)

 

COMBATE DE SABLE DE LUZ

Dificultad Controlar: Moderada
Dificultad Sentir: Fácil

Este poder puede ser mantenido.

Efecto: Los Jedi usan este poder para blandir esta elegante pero difícil de controlar arma mientras sienten las acciones de sus oponentes a través de la Fuerza.

Este poder es activado al inicio de una batalla y permanece "encendido" hasta que el Jedi es aturdido, herido, o peor; un Hedi que ha sido aturdido o herido puede intentar volver a activar el poder.

Un Jedi que falla en sus controles para activar el poder no puede utilizarlo hasta que finalice el encuentro actual.

Si el Jedi tiene éxito y logra activar el poder:

- Añade sus dados en Sentir a su habilidad en Sable de Luz al atacar o parar.
- Puede añadir o restar todo o parte de sus dados en Controlar al daño con el sable de luz; el jugador debe decidir cuantos dados de Controlar suman o restan cuando el poder es activado.
- El Jedi puede usar Sable de Luz para detener disparos blaster como habilidad de reacción.
- El Jedi puede también intentar controlar dónde van los disparos desviados por el blaster; esta es una habilidad de reacción y cuenta como una acción extra (un Jedi no puede hacer parada total si está intentando controlar disparos desviados). El Jedi que intenta controlar la dirección del disparo hace un control de Controlar contra la dificultad para impactar a su objetivo.

 

Vorian configura el remoto en la dificultad más sencilla. Cuándo esté empieza a volar alrededor de él, activa el sable láser y se concentra.

(Se me ha olvidado tener en cuenta el -1D por acción multiple)

 

Por primera vez sientes la Fuerza fluir a través de ti y especialmente del cristal adegano que late en el corazón de tu sable de luz. Puedes sentir el remoto a tu alrededor e incluso presentir hacia dónde se va a mover sin necesidad de mirarle, tal y como la Maestra Milenka dijo.

El remoto se desplaza en el aire de manera errática y de repente abre fuego sobre ti.

 

Guiado por la fuerza Vorian intenta interceptar el disparo.

 

Guiado por tu intuición mueves el filo anaranjado para bloquear la trayectoria del disparo del remoto e intentas redirigirlo de vuelta. Apenas puedes creerlo cuando en una fracción de segundo el disparo blaster golpea al remoto con un chisporroteo y este emite un pitido aprobatorio y desciende levemente hasta posarse en el suelo.

 

El remoto se eleva de nuevo. Parece que ha pasado a la segunda fase del entrenamiento y ahora se mueve algo más deprisa. Le sigues mientras gira a tu alrededor, pero sientes que te falta algo: no sabes exactamente qué guardia deberías tener, ni cual es la postura adecuada. Te estás guiando únicamente por instinto y mediante la Fuerza pero, ¿será suficiente?

El disparo del remoto parece esta vez acudir con mayor precisión.

 

Vorian sigue los movimientos de la esfera de entrenamiento e intenta volver a interceptar el disparo.

 

Denith comenta:
" Y, ¿cuánto tiempo vamos a quedarnos en la penitenciaría? Tenemos que hacer algún tipo de preparación?"

 

En Yiraas 3, Vorian intenta detener el disparo pero este le impacta en la mano. El dolor es meramente un pinchazo pero lo bastante fuerte como para dejar la piel palpitante y para no querer volver a recibirlo. El remoto describe un arco a su alrededor y dispara de nuevo.

En la Hyperion, Jaan gira su silla y mira a Denith:

"He estado mirando un poco en newsnets locales para ver qué descubría sobre el tema. Por lo poco que he visto, raro sería que nos dejaran quedarnos más de un día standard. Imagino que nos someterán a un scanner personal para asegurar que no llevamos nada dentro de la prisión, pero... la verdad es que es lo que os comentaba, que esto normalmente en las minas de Neelgaimon no se hace. No sé si os permitirán quedaros en la nave, si os harán esperar en una sala aparte, o si os harán entrar al mismo recinto donde yo hable con mi padre al no tener ningún lugar para visitantes..."

Enrojece un momento.

"Uhm. Si eso ocurriese... sería mejor que no le comentáseis lo de mi trabajo bailando en Coruscant..."

 

Vamos a hacerlo otra vez.

 

Vorian esta vez logra detener el disparo e incluso desviarlo, aunque impacta en el suelo rocoso. Aún así se le da bastante mejor de lo que pensaba.

El entrenamiento continúa durante horas, en las que logras detener el remoto en numerosas ocasiones. Cuando comienza a atardecer, Kura Milenko aparece subiendo la misma cuesta que os condujo hasta aquí la primera vez. A su espalda lleva una especie de armazón de madera en el que lleva una inmensa cantidad de cajas, más de lo que una persona normal podría soportar. Dice suavemente:

"Detén el remoto y ayúdame con las cajas. Como hemos convertido el armario en tu habitación, tendremos que construir un cobertizo para los víveres. Me ayudarás."

Te mira fijamente y dice:

"¿Qué tal ha ido tu primer día con el remoto?"

 

Vorian apaga el sable de luz y desconecta el remoto mientras responde: "En el primer nivel de dificultad conseguí detener y redirigir el disparo hacia el remoto, aunque he de reconocer que fue por poco." Con el remoto en la mano se acerca a Milenko y termina su informe: "En el siguiente nivel de dificultad he conseguido bloquear la mayoría pero no he podido redirigirlos hacia el remoto."

 

La maestra asiente:

"Has conseguido sentir el remoto con bastante soltura. Aún así tendrás que entrenar más, y no únicamente para mejorar tu conexión con la Fuerza. Tu estilo es burdo, ya que no has tenido nunca entrenamiento formal. No puedes únicamente dejarte guiar por tu instinto. El remoto te ha enseñado una importante lección: un ataque puede llegarte desde cualquier ángulo. Tienes que ser capaz de colocar tu sable en posición de ataque o defensa en cualquier punto 360º alrededor tuyo y a cualquier altura. Tienes que tener control absoluto del espacio a tu alrededor..."

Kura se quita el armazón y se inclina levemente para dejarlo sobre el suelo.

"Entrenarás con el remoto todos los días, siempre que tengas ocasión y aparte de nuestro entrenamiento diario. Cuando hayas mejorado algo, te enseñaré lo que son las cadencias Jedi y comenzaremos a trabajar sobre ello."

La maestra te mira fijamente:

"Mañana, al amanecer, partiremos al yermo. Pasaremos allí unos días. No será fácil. Es posible que quieras dejarlo, pero confío en que no lo hagas."

Su mirada se vuelve más firme.

"Tienes un potencial mucho más grande el que esperaba, Vorian. Ha llegado el momento de que lo utilices."

 

Vorian inclina ligeramente la cabeza a modo de reverencia: "Estoy listo para cualquier cosa." Vorian da un par de pasos para poder observar mejor las cosas que ha traído Milenko "¿Cuál es la siguiente tarea?"

 

"Las piezas de este armazón nos servirán para comenzar a construir el cobertizo. Cuando hayamos terminado, podremos descansar. Y mañana, en cuanto amanezca, partiremos de viaje. Vamos, comencemos..."

Cuando te acercas mejor ves que las cajas que ha traído Milenko parecen contener células de energía y de biomoléculas. Milenko responde antes de que preguntes:

"Tenemos un autochef que recuperé de los restos de la expedición y también un extractor de humedad ambiental que compré en el planeta. Eso es todo lo que necesitamos para sobrevivir. La humedad ambiental aquí es muy escasa, como pronto comenzaras a notar en tu piel. No sé si el extractor podrá extraer suficiente agua para los dos, así que usaremos raciones estrictas. Y ahora vamos... A trabajar..."

* * *

Mientras Vorian y Kura comienzan a trabajar, muy lejos de allí, el Hyperion sale finalmente del hiperespacio. Ante ellos se encuentra un feo planeta que posiblemente sea tan desolador como Yiraas 3, si no más: Neelgaimon.



Jaan parece bastante nerviosa y no es capaz de estar sentada en su asiento. Jad comprueba que apenas hay presencia naval alrededor del planeta, aunque asume que hay al menos una guarnición en el planeta, ya que este aloja uno de los penales de máxima seguridad más conocidos del Imperio Galáctico: las minas de arena de Neelgaimon. El METOSP es lacónico, como todos los METOSP militares: una voz seca y autoritaria se limita a explicar que el planeta es zona militar y a pedir que toda nave entrante utilice uno de los vectores de aproximación hacia la rejilla defensiva si no quiere ser derribada automáticamente. Jaan suspira:

"Bueno, ya estamos aquí. Jad, tienes que decirles que venimos de parte de la Señora Rigadd y que tenemos permiso especial del Gobernador Imperial del planeta, que lo comprueben con él. Y después... a esperar y a seguir sus instrucciones..."

El proceso de comprobación de vuestras credenciales es lento, tenso y tedioso. Un controlador de vuelo finalmente os da un vector de aterrizaje y os dice que os preparéis para una inspección de manos de una patrulla de tierra. Jaan suspira y Denith y Koyi le escuchan susurrar:

"Ojalá Vorian estuviese aquí..."

* * *

Y en Yiraas 3, tras una noche de poco sueño, el paisaje de la Luna de Sal le da los buenos días a Vorian.



La maestra Milenko está esperando en el exterior de la casa y dice:

"¿Estás preparado?"

 

Mientras Vorian realiza estiramientos para ayudar a su cuerpo a despertarse, contesta: "Estoy listo." Dobla su cuello hasta hacerlo crujir "¿Qué es lo que vamos a hacer en el Yermo?"

 

La maestra ha preparado una mochila y te entrega lo que parece ser una cantimplora. Sin esperar a que le digas nada comienza el descenso y te responde sin mirar atrás:

"Vamos a intentar mejorar tu control de la Fuerza interior. Como te he dicho, es necesario que tengas un control absoluto de tu cuerpo si deseas convertirte en un guerrero temible. Te enseñaré a utilizar la Fuerza para fortalecerte y, para eso, lo ideal es un entorno sin ninguna distracción. En el Templo Jedi teníamos la Sala de las Mil Fuentes. Aquí... aquí tenemos la nada absoluta. La aprovecharemos..."

Mientras comenzáis a caminar Kura pregunta de nuevo:

"¿Qué te impulsó a seguir los caminos de la Fuerza? ¿Qué es lo que esperas?"

 

Vorian guarda la cantimplora y con un par de rápidas zancadas se pone a la altura de Milenko: " Mmm. La verdad es que no es una historia demasiado interesante." Vorian sonríe "Mis padres siempre estuvieron en contra del imperio y tenían a los caballeros jedi en muy alta estima. Cuando era pequeño, me contaban muchas historias sobre heroicos jedi." Vorian alza la vista al cielo "Y yo soñaba con convertirme en un gran caballero jedi: recorrer la galaxia ayudando, impartiendo justicia y salvando a la gente de las garras del Imperio." Suspira y mira a su maestra "Tras la muerte de mis padres sobreviví gracias a que me acogieron en una banda de, lo que se puede considerar, "pequeños delincuentes". Al principio intenté mantener los ideales del bien y la justicia que mis padres y los relatos de los jedi me impartieron pero... poco a poco el instinto de sobrevivir se interpuso y esas bonitas ideas se fueron evaporando." Se rasca ligeramente el cuello "Progresivamente, las actividades de nuestro pequeño grupo se fueron haciendo cada vez más "oscuras", por así decirlo, y yo acabé considerando a nuestro grupo como mi nueva familia." Tras una pequeña pausa, Vorian se ríe "Luego sucedió una cosa qué solo puede ser considerada como obra del destino. Tras un golpe fallido, me separé del resto y acabé refugiado en unas antiguas ruinas, que resultaron ser los restos de un antiguo enclave jedi. Allí conocí a un extraño ermitaño que me contó algunas historias sobre los jedi y que afirmaba haber sido uno en el pasado. Al principio no le creí, pero aquellas historias fueron suficientes para despertar en mi antiguos recuerdos e ideales. Regresé con mi banda, pero ya nada era igual, no podía reanudar la oscura vida que había llevado hasta ese momento.


Finalmente, tuve que abandonar a los Wind Raiders, que así es como nos hacíamos llamar, y regresé a las ruinas. Allí me volví a encontrar el ermitaño, una mujer llamada Mara Formae, que me inició en el adiestramiento de la Fuerza. Sólo tuvo tiempo de enseñarme algunas cosas básicas antes de hacerse una con La Fuerza. Era una buena persona." Vorian guarda unos segundos de silencio en señal de respeto antes de continuar. "Me dijo que fue la voluntad de la Fuerza que nos encontráramos. Me explicó que ella se había dirigido a las ruinas preparada para morir y que en su lugar encontró un nuevo alumno." Vorian vuelve a doblar el cuello hasta hacerlo crujir "Esa es básicamente, mi historia. Tras la muerte de mi maestra, abandoné mi planeta natal en busca de otro maestro que completara mi entrenamiento. Y que mejor manera de encontrar a alguien que viajando en una nave." Vorian se vuelve a reír " Es graciosa la voluntad de la Fuerza, he tenido la suerte de encontrarme con Denith Rexnor, un soldado de la antigua República. Debido a un revés del destino, viajó miles de años en el futuro. Es triste lo que le pasó, pero sus ideales y su visión sobre los caballeros jedi me ayudaron a fortalecer mis convicciones en momentos de flaqueza. Se puede decir que tanto él como su extraña situación me dieron la esperanza de seguir en la casi imposible tarea de encontrar un maestro, y lo he conseguido." Vorian suspira "Me he ido un poco por las ramas, pero supongo que lo que espero es acercarme lo máximo posible al sueño de mi infancia."

 

Koyi sonríe y le dice a Jaan:

"Así que... ¿bailarina en un club de Coruscant?"

 

Jaan mira a Koyi con los ojos entrecerrados y le hace un gesto obsceno con el dedo mientras sonríe:

"Estaba escapando de las fuerzas imperiales. El club era un buen lugar para hacer contactos y nadie sospecha de la go-go. Allí conocí a estos, por cierto..."

La Hyperion toma tierra en una plataforma metálica construida junto a un enorme búnker. Las cámaras exteriores muestran a un grupo de soldados con un uniforme naranja con un patrón de camuflaje marrón, cascos negros y máscaras respiratorias en las que brillan ojos rojos.

 

Mientras tanto, en Yiraas 3, Kura Milenko escucha atentamente la historia de Vorian y, tras un minuto de silencio, comienza a hablar:

"Yo no tuve ninguna elección cuando me llevaron al Templo Jedi. Supongo que habría podido abandonar la Orden en cualquier momento que hubiese querido, pero nunca lo hice. No sabía hacer otra cosa que ser una Jedi y defender la República de cualquier amenaza. La única razón por la que sobreviví a las Guerras Clon fue que cuando el Emperador dio la orden de asesinar a los Jedi casi todas las tropas de mi batallón ya habían muerto en una emboscada separatista en Ekimose. Tras meses luchando junto a mi maestro contra legiones spaar en el Cluster de Ceomyn, Guardias de la Muerte al sur de la Hydiana, agentes del Sindicato de las Sombras en Ord Mantell, y contra ejércitos droides en casi cualquier esquina de la galaxia... cayeron todos en una emboscada por parte de guerrilleros armados con las armas que habían podido comprar en el mercado negro. Gente que realmente creía en aquello por lo que luchaba. Hay un inmenso poder en ello, Vorian. Mi maestro lo comprobó bien."

La caminata continúa mientras el sol comienza a brillar en el cielo. Milenko continúa de repente:

"Recuperé la consciencia para encontrar a todos mis hombres muertos y un mensaje desde Coruscant que repetía insistentemente que ningún Jedi debía acercarse al templo en Coruscant. Descubrí lo que había pasado semanas después, cuando ya había logrado escapar de Ekimose en un transporte de refugiados. Durante un tiempo... durante un tiempo pensé como tú, Vorian. Pensé como tú porque era lo único que me habían enseñado. Comprendí la verdad hace unos años: el Imperio me lo había arrebatado todo, incluyendo quien yo era. No soy una Jedi... no sólo porque nunca llegase a pasar la ceremonia de graduación, sino porque los Jedi ya no existen. La galaxia ha cambiado por completo. La propia Fuerza lo ha hecho. Tú no puedes entenderlo, porque nunca has conocido otro mundo que este, pero lo que ser un o una Jedi significa ha dejado de tener sentido. Todo lo que yo aprendí... todas las historias que escuchaste de tus padres... incluso todo lo que la Maestra Mara Formae te pudo enseñar... nada de eso tiene ya ninguna vigencia. Por eso me vine aquí, a esperar a que o llegase un momento en el que pudiese volver a blandir mis sables de luz... o la muerte me alcanzara. Y en ti veo una oportunidad, Vorian. Una oportunidad de volver a luchar por aquello en lo que creo. Juntos..."

 

Vorian se encuentra algo aturdido por las repentina revelación de su maestra pero se fuerza a reaccionar: "Cla..." Respira hondo y se pone serio " Siempre hay esperanza, y nuestras historias, que son parecidas bajo cierto punto de vista, lo demuestran. Mi vida junto con los Wind Raiders y el poco tiempo que llevo con el capitán Denith Rexnor me ha servido para comprobar una cosa: es cierto que vivir siguiendo tus ideales, como cuando he seguido al capitán Rexnor en algunas de nuestras aventuras, te hace sentir bien contigo mismo pero, también es cierto que yo fui feliz tanto en los Wind Raiders como a bordo de la Hyperion. Y ambos tienen una cosa en común: " Vorian apoya su mano en el hombre de Kura Milenko y sonríe: "la mayor felicidad la obtienes al poder estar junto a seres queridos. Lucharemos juntos Kura Milenko. No sé hasta dónde podremos llegar luchando por lo que creemos, pero el viaje merecerá la pena."

A pesar de su discurso, tras unos segundos es evidente que Vorian quiere decir algo más pero ello le perturba.

 

Milenko te mira mientras camina, esperando a que continúes.