Spain FF Spain D6: "Space Riders": partida de rol online

Jad ha logrado enfilar al Detainer de manera que Techno pueda disparar a placer. El cyborg tuerce la cabeza y duda un segundo, pero de repente le suelta una brutal patada a la torreta con su pierna biónica, arrancando del panel de control un cilindro del tamaño de una cabeza y causando que salten chispas por toda la cabina.

"<<¡Los sistemas de seguridad son una ofensa a la superioridad biónica!>>"

Techno comienza a abrir fuego hacia el Detainer, y cada vez que lo hace las luces de los pasillos y habitaciones del Tambor tiemblan. Rhett se levanta y abre los ojos de par en par cuando entiende lo que Techno está haciendo. Los disparos del cyborg impactan al Detainer con inusitada potencia, y el generador de pozo gravitatorio de repente deja de funcionar.

En pantalla las señales del hiperimpulsor pasan de rojo a verde.

"¡Lo ha hecho! ¡Ese montón de chatarra lo ha hecho!"


Las armas del Tambor están sobrecalentadas y no funcionarán durante 1D6 rounds

 

Conecto el comunicador para hablar con las naves contrabandistas que nos quedan:
"¡Aprovechad ahora para saltar, estaré eternamente agradecido por esto! ¡Nos habéis salvado la vida, pero se ha pagado un precio demasiado alto! ¡No os arriesguéis más! ¡Espero veros pronto!"

"¡Rhett, espero que me perdones, pero me dirigiré a toda velocidad hacia el palacio para hacernos con la Hyperion! ¡Techno, cuando las armas funcionen de nuevo presta atención, no sé qué habrá sido de su caza líder pero podría reaparecer!"

 

La corbeta de Pharsys y el muy dañado Supernova no pierden tiempo en saltar inmediatamente. El Tigre Relámpago se demora un par de segundos y oyes la tensa voz de Doimo:

"<Niño, tenemos un punto de reunión concertado. Rhett tiene las coordenadas. Espero verte allí.>"

El carguero coreliano de Doimo entra también al hiperespacio. Dentro de vuestra nave, Rhett se lanza por los túneles de mantenimiento arrastrando con el pie una caja de herramientas llena de herramientas robadas de diversos astropuertos y dice:

"¿No puede despegar vuestro astromecánico hasta que lleguen a órbita? Agh, qué demonios, lo que tú digas. Espero llegar antes de que ese destructor comience el bombardeo planetario. He visto uno desde arriba y no tengo ganas de ver uno desde abajo..."

 

"De todas formas la Hyperion está sin armas, Rhett, si logran despegar tal vez haya que escoltarles. Y no sabemos aún cómo está la situación ahí abajo…"

Contacto con ellos:
"Hyperion, aquí Jad en el Tambor Roto. Meggan, Uvecero, los interdictores han caído, ¿estáis listos para salir? ¿Está el resto con vosotros? ¡Tenéis que despegar ya o el destructor no nos dejará muchas opciones!"

 

Mientras tanto, la comitiva de Mesara ha descendido a la planta baja del palacio, donde se han encontrado con los escasos supervivientes (Kilatukk, el mayordomo twi'lek, y dos muchachas, una humana y una faleen) y con una desagradable sorpresa. Stavros está junto a vosotros, callado y sin mirar a nadie a la cara: todos parecen asumir que es otro de los contrabandistas que han venido a ayudarles, aunque Jaan os dirige una silenciosa mirada interrogativa.

La habitación en la que os encontráis se encuentra en ruinas, y pronto comprendéis que aquí explotó una de las tres cargas explosivas iniciales. Kilatukk pronto os explica el problema:

"En esta habitación estaba el corredor hacia el hangar secreto del Dullahan. Ahora está completamente sepultado."

Mesara suelta un pequeño gruñido preocupado, pero el mayordomo dice:

"Tranquilo, Excelencia. El montacargas oculto tras la sala de recepciones debería estar aún operativo. El problema... es llegar a él. Ese maldito droideka ha estado dando vueltas alrededor de los porches, acabando con todos los que han intentado salir de esta habitación. Si alguien no se encarga de ese monstruo, estamos acabados..."

(El mapa muestra las tres alas del palacio. La parte que está en marrón claro es el porche que rodea el ala central, que es también donde se encuentra el montacargas dichoso)






(Si queréis más información sobre rutas a seguir y maneras de entrar en el ala central, tendréis que preguntar.)

 

Vorian se acerca a Mesara y le hace una señal para que se acerque: "Excelencia. Tengo una idea que nos podría sacar de aquí a todos, no garantizo que funcione, pero si sale bien eliminariamos los restos que bloquean el camino al corredor del hangar secreto." Suspira, mira a los hombres de Mesara y después se inclina haciendo una pequeña reverencia al Hutt "Pero, sólo confio en usted, su Excelencia. El resto de sus hombres no podrán estar presentes en la sala cuando ejecutemos la idea. Puede que parezca que pido demasiado, pero sólo ofrezco esta oportunidad porque Jad confía en usted." Manteniéndose inclinado aún "Si no, tendremos que enfrentarnos a los droideka"

La tirada es de Timar: 5D

 

Mesara mira a Vorian durante un tiempo y después dice con voz suave:

"Pides demasiado, muchacho. No puedo hacer que mi gente salga fuera mientras ese monstruo está recorriendo los pasillos matando a todo lo que se mueve. Si tienes un plan, tendrás que confiar en mi gente, que hasta ahora ha dado su vida por mí en lugar de escapar... y podrían haberlo hecho con facilidad, no lo dudes. Si lo que quieres es confidencialidad, puedo prometértela, pero no me pidas que arriesgue la vida de mis hombres de esta manera. Tanto por su seguridad como por el respeto que me han mostrado hoy, en el día más duro que ha tenido mi clan. Ya han muerto demasiados hoy..."

 

Vorian sonríe ante la respuesta del Hutt y vuelve a colocarse en una postura natural: "Entiendo porque Jad confía en usted. Es un honor arriesgar la vida por un ser de su grandeza, Excelencia. Necesitaré la ayuda de mi compañero, mientras le explico el plan hable con sus hombres. Me juego mucho en esto."

 

Mesara asiente y comienza a reptar hacia Kilatukk para explicarle la situación:

"Espero que tengas razón, muchacho."

Stavros mira a Vorian a los ojos por primera vez desde que escaparon de Endrin el Pálido. Su voz suena rota y ligeramente átona, como la de una persona que está completamente perdida y sin saber qué hacer:

"¿Qué estás planeando?"

 

Vorian sonríe a Stavros y le da una palmada en el hombro: "En salvar vidas, amigo mio. Juntos podemos despejar el camino de escombros y evitar enfrentarnos al droideka ¿Qué dices? Nos revelaremos como usuarios de la Fuerza ante ellos pero por lo que sé, son gente con honor. También es tú opotunidad para empezar a luchar por ti mismo ¿Qué me dices?"

 

Stavros suspira y aparta la mirada, murmurando:

"Puedo ayudarte. Mis habilidades telequinéticas son medianamente avanzadas."

(Voy a considerar tu parrafada un éxito automático en Mando para combinar poderes. Cuando tires telequinesis, tendrás un +1D por el apoyo de Stavros.)

 

Tras la respuesta de Stavros, los dos amigos se percatan de que el mayordomo Twi'lek se ha acercado a ellos llevando un medpack, ambos se habían olvidado que Vorian estaba herido. El mayordomo atiende hábilmente al jedi y se queda cerca de ellos. Ahora ambos están preparados.

Vorian y Stavros se colocan uno junto al otro mirando a los escombros. Vorian comenta "Tenemos que conseguirlo, se salvarán muchas vidas" Se concentran, cierran los ojos y llaman a la Fuerza.

 

Vorian y Stavros alzan las manos y un temblor comienza a recorrer la sala. Las palabras de Mesara parecen haber afectado a ambos en cierto modo, aunque Vorian ya pensaba lo mismo: hoy ha muerto suficiente gente. Stavros, por su parte, parece haber sido conmovido por las palabras de su viejo amigo: ha llegado el momento de caminar solo, sin compararse con nadie ni depender de ningún mentor.

Ambos pierden constancia del paso del tiempo. Cuando Vorian abre los ojos, algo confundido, la atmósfera del cuarto parece haber cambiado: la tensión se ha disipado. Caras sonrientes y -por primera vez en horas- esperanzadas le rodean. Donde antes había un montón de escombros, ahora hay un estrecho pasaje (por el que Mesara va a tener dificultades para pasar) que se pierde en las profundidades de la tierra. Mesara dice:

"Lo has hecho, muchacho."

Y en ese momento la radio de Kilatukk resuena: ¡es la voz de Jad! ¡Su amigo está vivo!

"<Hyperion, aquí Jad en el Tambor Roto. Meggan, Uvecero, los interdictores han caído, ¿estáis listos para salir? ¿Está el resto con vosotros? ¡Tenéis que despegar ya o el destructor no nos dejará muchas opciones!>"

Meggan responde:

"<La Hyperion está preparada, pero os recuerdo que estamos desarmados. ¿Cómo queréis que nos organizemos? Un momento, ¿¡has dicho destructor!?>"

 

Respondo desde el Tambor Roto:

"¡Sí, Meggan, era la única forma de acabar con las naves del Cártel, pero ahora somos su blanco! Vamos hacia vosotros por si persiguieran cazas. ¿Dónde está el resto? ¿Pudieron llegar a la nave de Mesara? ¿Hay que recogerles?"

 

Vorian usa el comunicador "Aquí Vorian, los supervivientes evacuamos en la nave de su Excelencia. Meggan, no nos esperes despega en cuánto podáis. Jad, no hace falta que vengas a por nosotros"

 

"Meggan, cambio de planes. Con el estado de la Hyperion creo que será mejor que la pilote. ¡Voy hacia el hangar! ¡Id preparándola para el despegue!"

"Rhett, ¿tienes las coordenadas del punto de reunión? Con el destructor disparando necesitaremos que ambas naves tengan buen piloto para salir de ésta. ¡Toma los mandos en cuanto me acerque lo suficiente!"

 

Rhett asiente mientras corre hacia el puesto de datos más cercano:

"¿Meggan, cierto? Voy a transmitirte un paquete de datos. Tendrás que retransmitírselo a la gente de Mesara."

Meggan dice "De acuerdo, sin problemas", para después decir con voz algo más felina: "No nos conocemos, ¿verdad?". El suspiro exasperado de Ulik resuena por el comunicador. Kilatukk dice con voz seria:

"Recibido, Tambor. Salimos de aquí."

* * *

Diez minutos tras comenzar a descender los oscuros pasajes, por fin llegáis al hangar secreto, un angosto cilindro en el que reposa una corbeta de unos cien metros de longitud y donde dos droides de puerto parecen llevar ya un tiempo dejando todo preparado para el despegue. Mesara dice con cierto orgullo:

"Sólo se produjeron un puñado de estas durante las Guerras Clon. Durante el caos que siguió al alzamiento del Imperio, mi gente logró hacerse con una. Tiene un dispositivo de ocultación completamente funcional. ¡Todos a bordo!"



Segundos después, una proyección holográfica en la falda del acantilado se desvanece dejando la entrada del hangar al aire, y el Dullahan surge como una exhalación. La corbeta parece vibrar unos segundos mientras la luz comienza a refractarse en ángulos extraños antes de que la imagen se desvanezca, habiéndose hecho la corbeta completamente invisible tanto a sensores como a la vista.

* * *

En el hangar de cazas, el Tambor flota unos centímetros sobre el suelo y Jad sube corriendo por la rampa de la Hyperion, encontándose de repente con el estrecho abrazo de Meggan. "Me alegro de que estés bien. Vámonos de aquí."

Los dos cargueros salen del edificio mientras Jad ve cómo tanto los cazas enemigos como las lanchas de desembarco han preferido replegarse ante la aparición del destructor imperial.

(Control de Esquivar, Jad)

 

Correspondo el abrazo rápidamente, pero no se me ve muy contento, y parezco bastante centrado en ir a la cabina y pilotar para abandonar el planeta.
"Me alegra que estéis vivos… a ver si podemos largarnos de aquí y evitar más muertes…"

Esquivo las andanadas del destructor, esperando no unirnos a los caídos…

 

El Dullahan salta al hiperspacio en cuanto sale del pozo gravitatorio de Ord Endebes. Aunque hay algun suspiro de alivio, los ánimos no parecen estar demasiado elevados: la organización de Mesara ha sufrido un golpe casi de muerte y muchos de sus miembros han perdido la vida.

Poco después, la Hyperion y el Tambor Roto abandonan el planeta esquivando las andanadas del destructor. Una voz surge de repente en sus comunicadores:

"Hyperion, Tambor, aquí Basilisk. Os cubro las espaldas."

La nave mandaloreana ha despegado del tejado de la fortaleza. Rhett dice alegremente: "¡Puñales! ¡Casi me había olvidado de ti!"

El portacazas del Cártel de la Hidra comienza a recuperar a sus efectivos, pero parece que se prepara para saltar también al hiperespacio, dejando a muchas de sus tropas a merced del Imperio.

Y los tres cargueros saltan también al hiperespacio, dejando el infierno de Ord Endebes detrás...

* * *

En una de las alargadas salas de tropas del Dullahan, Stavros se encuentra sentado en un banco, con sus manos cruzadas y apoyadas sobre sus rodillas y con la mirada perdida. En otro banco cercano se encuentran Denith y Vorian, a los que dos hombres de Mesara están chequeando en busca de heridas. Jaan, de pie en la puerta de la sala, está charlando con Ulik pero le echa miradas preocupadas a Vorian de cuando en cuando.

 

Tras agradecerle la atención médica a los hombres de Mesara Vorian le indica a su capitán que le acompañe, se levanta, hace a Jaan y a Ulik una señal para que se acerquen y, sin esperar a su respuesta se acerca a Stavros. "Deberías sentirte orgulloso, ahí abajo has marcado la diferencia. Has cambiado algo." Le apoya una mano en el hombro: "Sin tu ayuda, no estaríamos ninguno aquí. Y no me refiero solamente a retirar los escombros Stavros."

 

Stavros mira a Vorian. Su mirada sigue siendo casi completamente vácua:

"Cuando estabas en el suelo, a merced de los rayos de Fuerza de Endrin... podría haberte matado. Una voz en mi interior me pedía que lo hiciese, que hiciese lo único que mi maestro me pedía para poder obtener todo lo que quisiera... pero no pude. Me alegro de que sigas con vida, Vorian, pero no me pidas que me sienta orgulloso. He sentenciado a la mujer que amo a la muerte..."

Jaan y Ulik se colocan uno a cada lado de Vorian, ambos con los brazos cruzados. Se hace un silencio algo incómodo, pero de repente Stavros sonrie levemente.

"No me había dado cuenta hasta ahora. Llevas puesta la cazadora de los Wind Raiders..."

 

Vorian levanta la cabeza orgulloso "Esta cazadora lleva la fuerza de nuestros amigos y siempre me ha protegido. Aunque me marché, sigo siendo y seguiré siendo un Wind Raider. Y los Wind Raiders no abandonamos a los nuestros. Aún no está muerta, salvaremos a Claudia." Tras una breve pausa, Vorian presenta a sus compañeros " Éste es nuestro capitán, Denith Rexnor, un hombre bastante curioso..." Vorian intenta desviar la atención de Stavros hacia pensamientos oscuros. Espera que sus compañeros le ayuden a animar a su antiguo amigo con una conversación alegre.

 

Mientras Denith y Ulik se acercan a Stavros, Jaan le hace un gesto a Vorian para que salga de la habitación. Cuando este sale al desierto pasillo, Jaan le abraza. Es un abrazo cálido e inesperado, posiblemente el más cálido que Vorian ha sentido jamás durante la dura vida que ha tenido que vivir. Jaan se aparta lentamente y dice con una sonrisa que se suma a sus ojos preocupados:

"Llevo unos meses viviendo en Nar Shaddaa con Koyi y trabajando junto a Rhett y sus amigos. Ayer un miembro del Cártel de la Hidra apareció por el bar de Rhett, indagando sobre Jad, aparentemente con inteción de matarle a él y su patrón. ¿Recuerdas ese contacto que mi padre nos dio? Lo utilizamos para saber de Mesara y para descubrir dónde se encontraba su base. Koyi y Rhett reunieron todas las fuerzas que pudieron en cuestión de horas. Creía... creía que no íbamos a salir con vida de esta..."

 

Vorian muestra tristeza y alegría con una sonrisa: "Y casi no lo contamos, menos mal que vinisteis. Creo que una parte de mí ha muerto, no sé si volverá, no sé si podré volver a ser un jedi..." Mueve la mano para acariciar la cabeza de Jaan con la mirada perdida.

 

Jaan sonríe y acerca la cara peligrosamente a la de Vorian, diciendo con suavidad:

"En estos meses yo también me he encontrado con... mi lado oscuro. Creo que es algo a lo que todos tenemos que enfrentarnos tarde o temprano. Ahora... depende de nosotros el salir fortalecidos o debilitados de la experiencia. Yo confío en ti. Incluso si el camino del Jedi no es para ti, sé que seguirás siendo el mismo Vorian del que--"

Medio segundo. Jaan cierra los ojos y deja caer la cabeza con una sonrisa, sabiendo que ha metido la pata y hablado demasiado.

"Ya sabes qué quiero decir."