Spain FF Spain D6: "Space Riders": partida de rol online

"Sí, gracias por tu confianza" Suspira "Tenemos que hablar de nosotros y de lo que sentimos. Pero ahora no, estoy demasiado confundido." Inclina la cabeza ligeramente disculpándose, pero hay algo raro en el gesto "Perdoname por causarte tantas molestias..." Y Vorian se desploma hacia adelante, cayendo agotado sobre Jaan, medio abrazándola. Su cuerpo está bien, pero su mente está exhausta. Vorian se siente ligero y cómodo con la cabeza apoyada en el cuerpo de Jaan...y empieza a cerrar los ojos...

 

Jaan sonríe: es la segunda vez que se prepara para besar a Vorian y la cosa le sale mal. Tiene la tentación de besarle de cualquier modo pero... ah, no puede hacerlo. Su padre le mataría si se aprovechara así de alguien, especialmente de alguien que hasta ahora no le ha dado ni un indicio de devolverle sus afectos. En fin, así es la vida.

"Vamos, tienes que descansar. Seguro que hay una litera por aquí..."

* * *

Horas después.

Un altiplano en un planeta desierto del Borde Exterior, cercano al Espacio Hutt (¿os suena que se llamaba Yakoo o algo así?). Varias naves se encuentran aterrizadas en círculo: el Dullahan, la Hyperion, el Tambor Roto, el Tigre Relámpago, el Supernova y el Basilisk. Sus tripulantes se han reunido en el centro y están charlando.

En el centro, Mesara le está dando una arenga a las tropas, sobre cómo reconstruirán. "Y os aseguro que no pararé hasta haber derramado cada gota de sangre de cualquiera que clame lealtad tanto al Clan Djuradiic como al Cártel de la Hidra. Esto no ha hecho más que empezar."

Ulik presenta a Jaan y Meggan, que aparentemente se caen bastante bien y charlan sentadas en la rampa de la Hyperion. "¿Sabes el partido que podrias sacarte con una buena sombra de ojos?"

Al otro lado de la rampa. Lazareus admira la ametralladora giratoria de Denith y le da consejos de mantenimiento. "Hazme caso, muchacho, colócate un puerto en el brazo y podrás conectar la ametralladora allí y almacenar varias células de energía."

Junto al Tambor, un resignado Rhett le entrega a Techno su pago: el título de propiedad del bar que este ha tenido en Nar Shaddaa durante unos meses. "<<No llores, Nafeel, va a ser el salón de juegos más importante de la luna.>>"

Junto al Basilisk, Puñales (o más bien Kyrost Fang) se acerca a Stavros y Vorian. "Supongo que tendréis algunas preguntas..."

Y en la rampa del Tigre Relámpago, mientras un mon calamari y un droide traductor RST preparan la nave para el despegue, Doimo le cuenta a Jad la manera en la que llegaron a Ord Endebes. "Koyi me dijo que mencionaron tu auténtico nombre, Jad."

 

Vorian mira a Stavros y pregunta: "¿Qué ha sido de Blancucho?"

 

Kyrost sacude la cabeza: "No volverá a hacerle daño a nadie. Era más palabrería que habilidad."

Stavros, que parecía considerar a su maestro casi invulnerable, abre los ojos sorprendido pero no dice nada.

 

"Impresionante. Habiendo sobrevivido a la purga, debemos parecerte niños descuidados." Suspira " Siendo tan poderoso y no me percaté de quien eras en realidad cuándo te vi por primera vez. Todavía tengo mucho por aprender..."

 

Kyrost Fang sonríe:

"No te sientas mal. Cuando sobreviví a la Orden 6, me encontraba en el Espacio Mandaloreano enfrentándome a la Guardia de la Muerte. Sobreviví y escapé en una de sus naves." Hace un gesto al Basilisk con la cabeza. "Una vez que entendí lo que había ocurrido en la galaxia y cual era mi situación, tuve tiempo de pensar. Me acordé de mi pueblo natal. Aunque soy tan humano como tú, los Jedi me recogieron del planeta Lorrd cuando era un bebé. No sé si sabes algo de los lorrdianos: milenios de esclavitud les convirtió en auténticos maestros del lenguaje corporal, capaces de mantener conversaciones secretas simplemente usando leves temblores de sus músculos. Aunquempor supuesto no he aprendido ninguna de sus habilidades, me sentí inspirado. Pensé en ellos, y en cómo una situación imposible les hizo convertirse en algo más. Pensé que la gente muchas veces simplemente cree en lo que ve, y pense que esconderme a simple vista era lo mejor. Pensé en utilizar el secreto de mi pueblo para ocultarme en lugar de para comunicarme. Así nació el mandloreano Puñales..."

Tras esto, se pone serio y dice:

"Pero ya hemos hablado lo suficiente sobre mí. Vosotros sois lo importante. ¿Qué queréis hacer a partir de ahora?"

 

"Yo he estado buscando un maestro por toda la galaxia. Una profecía predijo la aparición de la Hidra, de mi amigo Stavros y de que encontraría un maestro. Todos los elementos han aparecido...me gustaría que nos enseñarás" Señala a Stavros "A los dos. Nos hemos desviado del virtuoso camino de los jedi y necesitamos ayuda."

 

Respondo a Doimo, algo decaído por la ausencia de Melan y tras enterarse del destino que sufrió Maggie…
"Cada vez más gente parece conocerlo… Es posible que esa comadreja de Rugh Wessel haya decidido vender la información, porque me reconoció cuando topamos con él para un encargo. Pero Orion Howard también supo mi verdadero nombre cuando llegamos a su skyhook en Coruscant, y su droide logró huir del desastre. Y recientmente nos encontramos con Kane Dirpa, el capitán del Acclamator en mi pequeña hazaña en la guerra. Creo que cada vez va a ser más difícil ocultar mi pasado, y no sé si acabará siendo mejor abandonar las pretensiones de legalidad y dedicarme por completo al contrabando o algo así. De todos modos, después de lo de hoy nuestras naves harán saltar alarmas…"

Muestro una sonrisa ladeada, algo triste.
"¿Sabes? Hasta ahora estaba pensando que el Cártel iba a por Mesara exclusivamente, y todos os habíais visto arrastrados a Ord Endebes por mi culpa. Que la muerte de Melan y todo lo que habéis sufrido podría haberse evitado si yo no hubiera insistido en convencer a mi tripulación de ayudar a Mesara. He estado todo el viaje pensando si habría sido mejor estar yo solo con Mesara y que ninguno de vosotros hubiera corrido ese riesgo." La miro a la cara. "Pero a la vez, no sabéis cuánto os agradezco que vinierais…"

 

Doimo apoya sus manos en los hombros de Jad:

"En cuanto supimos que estábais en problemas, no creo que ninguno de nosotros lo dudáramos. Y respecto a lo del Cártel... tal y como lo describió Koyi, suena bastante extraño. No creo que fueran a por ti, sinceramente. Creo que alguien quería que tus amigos pensaran que iban a por ti." Señala a Rhett con la cabeza. "Deberías hablar con él. Creo que se siente responsable por la muerte de Melan. Él fue quién le llamó para acudir aquí."

Doimo comienza a subir la rampa del Tigre Relámpago:

"Desde hoy el Imperio conoce a la Hyperion. Deberíais cambiar el traspondedor y pedirle a vuestra mecánica que instale un plan de identidades alternativas. Y Jad... cuídate mucho..."

Cerca de allí, Kyrost escucha lo que le dice Vorian y, tras inspirar profundamente, dice:

"Mi camino no es el camino del Jedi. Lo he abandonado por completo. Hasta que llegue el día en que los Jedi puedan renacer, yo soy Puñales. No dejo que Kyrost salga a la luz a no ser que esté seguro de que nadie va a saber de su existencia. Sabes... hasta hace poco tenía a un pupilo bajo mi tutela, a otro superviviente de la Orden 66 que no era más que un padawan primerizo. Él, como tú, se consideraba un Jedi, y a pesar de mis consejos siguió protegiendo al débil. ¿Sabes qué ocurrió? En este mundo, cuando proteges al débil como un Jedi, alguien lo acaba pagando. Sus actos causaron una represalia imperial por la que murieron miles de personas. La última vez que le vi acababa de tirar su sable de luz a una cuba de fundición y murmuraba que iba a retirarse para siempre al lugar más recóndito de la galaxia. ¿Ese es el futuro que queréis? Ser un Jedi bajo el Imperio es una irresponsabilidad y, aunque no voy a deteneros si deseáis seguir ese camino, no voy a ser cómplice."

Tras decir esto, su voz se relaja un poco:

"Eso no quiere decir que no pueda ayudaros a libraros de la oscuridad que os ha atrapado y enseñaros a defenderos mejor de sus tentaciones. No hacerlo también sería una irresponsabilidad. Stavros, es obvio que tú aprendiste diréctamente de Endrin, pero tú, Vorian, tú pareces haber sido adiestrado por un Jedi. ¿Quién es tu maestro? ¿Sigue con vida?"

 

"Sí… ese va a tener que ser nuestro próximo paso, lo venía pensando por el camino… Y gracias, Doimo. Gracias por todo…"

Cuando Doimo ha entrado en su nave, me dirijo hacia Rhett.
"¿Cómo te encuentras? Siento mucho lo de Melan… Si no fuera por mí no os habría pasado nada de esto…"

 

Rhett se gira hacia Jad mientras el ufano Techno entra de vuelta en el Tambor Roto y dice con tristeza:

"Melan no pertenecía a este mundo. Él no era más que un mercante. No tuve que haberle implicado. Y además fui yo quien llamo al destructor para... No sé cómo se lo contaré a Kala, su mujer... su viuda..."

Se tapa la cara con las manos unos segundos, suspira profundamente y dice:

"Él sabía perfectamente a lo que se exponía y no lo dudo ni un instante. Ha muerto como un valiente..."

 

"¿Sería… apropiado que fuese contigo y le diga lo mucho que se salvó gracias al apoyo de Melan allí…? O tal vez sólo empeoraría las cosas…"

 

"Mi primera maestra fue Mara Formae, pero murió de vieja y no puedo enseñarme demasiado. Apenas lo básico sobre la Fuerza y sobre los ideales jedi. Después me encontré a un tipo, bastante curioso, que fue el que tuvo la visión. Pero, la maestra que pulió mis habilidades y me enseñó a manejar el sable de luz fue Kura Milenko, una inquisidora imperial" Se rasca la cabeza avergonzado "Aunque, claro, eso no lo supe hasta que termino de entrenarme y me abandonó" Suspira "El sable láser que tenía me lo dió ella" Mira a Puñales "Mis recientes experiencias y pensamientos me están inclinando a pensar que llevar una actitud parecida a la que lleva el maese Puñales puede ser lo mejor. Las consecuencias de ser un jedi en estos tiempos son peligrosas, sólo deberían aparecer en momentos de gran necesidad. Se puede seguir haciendo el bien sin ser un jedi, aunque... nuestro lado oscuro nos hace muy peligrosos... "

 

Kyrost Fang se queda petrificado.

"¿Cómo conociste a la Inquisidora Milenko?"

Rhett sonríe a Jad y dice:

"Te lo agradecería mucho..."

 

Vorian se siente algo incómodo con la situación: "Escuché historias en el planeta Yiraas sobre cosas extrañas que ocurrían en su luna de sal. Pensé que merecía la pena investigar y encontré a una mujer adiestrada en la Fuerza que se ocultaba en el planeta"

 

Kyrost Fang apoya una mano en el hombro de Vorian:

"Vorian, escucha muy bien lo que voy a decirte. Conocí a la General Mara Formae durante la campaña en el Espacio Mandaloreano. También conocí allí a su padawan. Su padawan se llamaba Kura Milenko. ¿Entiendes lo que te estoy diciendo? Milenko era la alumna de tu maestra. No es casualidad que os encontrárais. Seguramente ella sabía quién eras y lo planeó así, por razones que se me escapan. El Lado Oscuro distorsiona nuestras percepciones de la realidad. Quizás quiera acabar el trabajo de su maestra, o quizás tenga envidia tuya y busque pervertir su trabajo, o quizás simplemente te considere un alma gemela. En cualquier caso, estás en su mira y por tanto en grave peligro... Y tú..." Mira a Stavros. "Y tú has sido entrenado nada menos que por Endrin el Pálido, uno de los últimos... no, el último acólito del Conde Dooku. Ambos tenéis una presencia oscura en la Fuerza... pero ninguno de los dos habéis sido corrompidos por ella. Aún podéis dar la vuelta. Quiero que vengáis conmigo. Nos iremos un par de años lejos de cualquier distracción y trabajaremos en purgar la oscuridad que ahora os hace vulnerables. Después... después podéis hacer lo que queráis, pero ahora mismo estais ambos en grave peligro."

 

Vorian se sorprende al conocer el pasado de Kura Milenko pero, de su inconsciente parecía que sospechaba algo. Después de todo, ocurrieron sucesos algo extraños durante su adiestramiento con Milenko.

"Como desee, maestro Puñales"

 

Kyrost sonríe:

"Podéis llamarme Fang. Durante el próximo par de años, Puñales se va a tomar una vacación. Partiremos en cuanto os hayáis despedido de vuestros compañeros, pero no debéis decirles a dónde nos dirigimos ni con qué propósito: cualquier información que divulgues puede ser utilizada por los siervos del Emperador para rastrearnos."

Jaan se gira mientras Meggan entra en la nave y mira a Vorian con una mirada interrogativa.

 

Vorian llama a todos sus compañeros, Jaan inclusive, y les explica la situación. "Debo marcharme durante bastante tiempo, puede que un par de años. Necesito aclarar ideas, meditar y purificarme. No puedo seguir con el camino que llevo ahora, me acerca demasiado al lado oscuro."

 

Jaan parece hecha polvo por la noticia y sacude la cabeza lentamente:

"¿Cuando... cuando te vas? ¿Tiene que ser ahora? ¿No puede... no puede ser mañana?"

 

Vorian mira a Puñales.

 

Puñales asiente, como dando permiso.

 

Vorian mira a Jaan y sonríe "Puede ser mañana..."

 

Cuando el intercambio entre Vorian y Jaan termina, me acerco a él.
"Veo que esta última aventura ha tenido un precio alto para todos… Se te echará de menos, chico. Al menos lograste hacer que cambiase de opinión sobre el papel de los Jedi en la guerra…" Sonrío ligeramente. "Tras todo lo ocurrido va a ser difícil convencerme de que los seres poderosos en la Fuerza no pueden llegar a ser un peligro, no obstante." Miro también a Puñales algo divertido pero con respeto, y luego vuelvo a mirar a Vorian serio de nuevo. "Espero que en estos dos años consigas lo que necesitas. Pese a ser peligroso actuar como un Jedi, a la galaxia le hace falta gente noble…"

 

Al día siguiente, sólo quedan dos naves en el altiplano en Jakku.

Vorian abre los ojos. Por una noche, sus sueños han sido calmados: ni hidras, ni asesinos, ni nada horrible ha aparecido durante la noche. Está en su habitación en la Hyperion, en la que tanto tiempo ha pasado y que quizás no vuelva a ver nunca más. En el suelo han improvisado una cama tirando los colchones de las literas. A su lado, durmiendo y sonriendo plácidamente, con una sábana arrugada que sólo le tapa las piernas, duerme Jaan, seguramente la mujer más bella que ha visto en su vida -o al menos eso le parece ahora- y con quien ha pasado unas últimas horas que sabe que le acompañaran el resto de su vida. ¿Debería despertarla antes de irse?



Aventura finalizada "La Batalla de Ord Endebes"

Puntos de Habilidad: 15
Puntos de Fuerza: se recuperan todos