Spain FF Spain D6: "Space Riders": partida de rol online

El droide extiende su cuello telescópico y os mira de uno en uno, droides incluídos, moviéndose bruscamente y abriendo y cerrando el obturador de su sensor óptico como si parpadease. Tras un par de segundos el droide vuelve a su estado de espera y las puertas del ascensor orbital se abren de par en par.

El ascensor es una pequeña estancia circular con dos cómodos sofás. Las paredes laterales son transparentes para poder disfrutar el espectáculo del ascenso, pero parece haber un mando para hacerlas opacas. Una agradable voz femenina sintética surge de algún lugar del interior del ascensor:

"Tomen asiento, por favor. El señor Howard les está esperando."

En cuanto tomáis asiento, el elevador comienza su rápido ascenso. El compensador inercial causa que no os déis cuenta de la aceleración, pero a través del mirador os dáis cuenta de que habéis elevado por encima de los edificios que rodean al Mar Occidental y que estáis comenzando a dejar tierra firme atrás.

En menos de quince minutos deberíais haber llegado a vuestro destino, a las capas superiores de la atmósfera de Coruscant.


(Espacio para que roleéis un ratillo. Esta noche cuelgo la llegada al skyhook independientemente de lo que hayáis respondido).

 

Denith se cruza de brazos...
"¿Entonces subimos, hablamos con él y ya está ?"

Mientras dice esto, cambia el peso de su cuerpo de una pierna a la otra.

 

Vorian se apoya en el respaldo, cruza los brazos detrás de la cabeza y mira al techo del elevador "Ojalá fuera así. Pero presiento que las cosas se van a complicar." Suspira "Los asuntos complicados siempre se complican." Vorian se sonríe cuando se da cuenta "Y ya van tres veces que lo he dicho".

 

Denith suspira.

 

"Tenemos que conseguir esos programas para V0 y mirar lo de tus implantes, que siempre se nos olvida"

 

"Bueno, si todo sale bien, después de este encargo hablamos de ello."

 

"Te apuesto 100 créditos a que se lia la situación."

 

Denith frunce el ceño.

" ¿Tan pocas posibilidades crees de que vaya a suceder algo? 250 créditos a que nos vemos envueltos con fuego."

 

CLINK

El ascensor orbital llega a su destino y se detiene suavemente. Las puertas se abren y tenéis ante vosotros un vestíbulo de lo que podría ser perfectamente una mansión de cualquier Mundo del Núcleo. Los suelos están cubiertos de moqueta roja y de las paredes cuelgan imágenes holográficas y mensajes de bienvenida. Aún asi, la capa de polvo que recubre el suelo es considerable. Una puerta se abre con un silbido neumático y una droide de lujo BD-3000 se dirige hacia vosotros gentilmente. Reconocéis la voz como la que os ha hablado en el ascensor:

"Bienvenidos al skyhook personal del señor Orion Howard. Espero que su ascenso haya sido confortable y que hayan disfrutado de las vistas. Yo soy M4-611, el asistente cibernético del señor Howard. ¿Si quisieran hacer el favor de acompañarme...?"

M4 hace un gesto para que entréis por la puerta por la que ella ha salido, a lo que parece ser un cavernoso y largo pasillo.

 

Vorian sigue al droide "Detrás de tí."

 

Continuáis vuestro camino, con el eco de vuestros pasos como único sonido de compañía. OS¡s dais cuenta de que la estación es inconfortablemente silenciosa... e igualmente fría.

El larguísimo pasillo es un corredor abovedado de casi doce metros de altura. El techo tiene múltiples ventanales, por los que podéis ver el Sistema Coruscant en todo su esplendor, interrumpidos de cuando en cuando por inmensas lámparas de araña. La pasión de Orion Howard queda más que clara: a ambos lados os flanquean dos hileras de droides desactivados, todos ellos subidos en pedestales y protegidos por campos de fuerza. Placas holográficas anuncian los modelos de los droides: droide de batalla hutt serie GXX, droide de guerra krath serie 3, droide de infantería balmorrano SD-6, droide mercenario serie FLTCH, droide comando serie BX, droide de infantería serie FIII...

Seguís a la droide posiblemente sorprendidos por la especie de museo de droides que Howard tiene en el pasillo. El corredor finalmente se bifurca en dos, y en la esquina de la bifurcación hay un último droide, aparentemente la joya de la colección, mirándoos siniestramente con sus ojos desactivados:

Spoiler

La placa holográfica lee "DROIDE ASESINO HK-M4"

(¿Qué hacéis o decís?)

 

"Aquí hace frío..."
Denith se para, observa a su alrededor, y posa su mirada en el último droide de la colección...
(Por lo bajo) " Menuda carcasa chatarra...
(Pregunta a si mismo) ¿Me suena..mmm?"

 

Parece más bien un droide de protocolo ligeramente siniestro. Puede que sea de tu era.

 

Vorian frunce el ceño "¿Droide asesino HK? No me suena de nada ¿Es famoso?"

 

Yo, mientras tanto, he permanecido silencioso durante el trayecto, admirando las increíbles vistas desde el ascensor espacial y los grandes ventanales, aunque con expresión algo taciturna, como dándole vueltas a algo. La colección de droides militares hace que frunza algo más el ceño y que rompa mi silencio, mirando fijamente al droide comando de serie BX, que reconozco de inmediato:

"Hmmmm… Me pregunto si los campos de fuerza son realmente para proteger su contenido o los alrededores… y si el estado de desconexión de los droides será total o sólo temporal. Me jugaría algo a que en este 'museo' las propias obras son el sistema de seguridad…"

 

"Y perdería su apuesta, señor Viridux..."

La voz viene de alguien que se aproxima por vuestra izquierda, saliendo de la penumbra cuando entra dentro del radio de la lámpara de araña que tenéis sobre vuestra cabeza. Se trata de un humano de mediana edad sentado en un mecano-trono que se mueve sobre cuatro cortas patas metálicas. O más bien quizás alguna vez fue humano. Lo que realmente veis es un cuerpo droide humanoide cromado y brillante, sentado sobre un trono al que le conectan infinidad de tubos de plástico. La única parte humana que podéis vez es la cara encuadrada al frente de una cabeza metálica, aunque su inhumana palidez no es precisamente halagueña, como no lo son las decenas de cables que surgen de su cabeza y se pierden en algún lugar en el trono. El rostro del cyborg dibuja una sonrisa.

"Todos estos droides están, a falta de un término más apropiado, muertos. Sus circuitos lógicos fueron destruidos en alguna de las numerosas batallas que les obligamos a luchar para nosotros. Aunque parezca mero coleccionismo, este pequeño homenaje es mi sencilla manera de agradecerles lo que hicieron por sus creadores. Ese droide en concreto, en el que el señor Rexnor muestra tanto interés, fue siglos atrás HK-M4, un spin-off de la famosa serie HK de la Corporación Czerka, construído durante el Periodo Draggulch por el famoso Darth Mentis y aparentemente basándose en los planos del HK-01 original. Encontré su cuerpo hace ya muchos años en los vertederos de Raxus Prime y su reconstrucción se convirtió en... más que un pasatiempo, una pequeña obsesión. Por desgracia sus circuitos lógicos estaban demasiado dañados como para poder ponerlo en marcha de nuevo, pero aprendí aún así mucho de él. Le debo a este droide muchos de mis descubrimientos."

La droide de lujo hace un sonido similar a un carraspeo.

"Les presento al señor Orion Howard."

El cyborg gira el mecano-trono hacia vosotros.

"Un placer conocerles al fin. Perdonen que... no me levante..."

 

"Un placer, soy Vorian." Vorian hace una reverencia. Después mira curioso a Orion "Vaya, no me lo había imaginado así señor Howard." Sonríe "Es mucho más interesante. Y la historia detrás de usted seguro que también."

 

Dirijo una mirada penetrante a Orion Howard. El nombre que ha usado para referirse a mí dice más que cualquier otra explicación, y hace que me ponga aún más tenso y en guardia que antes.

"Disculpas también por mi parte. Como comprenderá, no suelo encontrar tranquilizadora la presencia de droides de combate a mi alrededor…"

 

Howard sonríe y asiente con su cabeza mecánica, pero pronto dirige su sonrisa principalmente hacia Denith. Una sonrisa intensa, casi analítica.

"Interesantes implantes. ¿Podría...?"

 

Denith, con una media sonrisa amarga contesta:
"Bueno, nos ha recibido en su morada, y viendo que entiende del tema, sería un honor que le hechara un vistazo..."
Denith se acerca al trono, descubriendo su brazo e índicandole al Señord Howard donde le falta cada que y donde va cada cual...

 

Howard se inclina hacia delante y un brillo rojizo parpadea en sus ojos durante un segundo: parece tener también implantes oculares.

"Hmmm. El brazo es Serv-O-Droid, sin duda, serie 34 o 35. No he visto muchos modelos como ese en tan buen estado de conservación. ¿O es una réplica? Oh, no, eso es hipercromo sin duda, no puede ser una réplica. Hoy en día podría valer una barbaridad, ¿lo sabía?, no el material en sí sino la técnica para hacerlo así de dúctil. Se perdió hace siglos. Bueno, es una maravilla... No sé de dónde lo ha sacado pero es auténtica artesanía de la Antigua República..."

Se recuesta de nuevo en su trono y parece algo decepcionado.

"A simple vista no lleva usted más que prótesis, a no ser que tenga algo realmente bien oculto. Tenía una pequeña esperanza de que poseyera usted aumentos, como yo. Esa es la razón por la que les escogí a ustedes para la última parte del plan, la verdad. Me llamó la atención ver a otro 'borg, actuando de manera tan abierta. Admirable, la verdad. Nuestra... gente... no tiene muy buen nombre, por culpa de la ignorancia y de las supersticiones. Quería conocerle en persona."

Howard sonríe de nuevo y levanta un brazo, señalando a R2-N7.

"¿Imagino que ese es nuestro transportista?"

 

Contestando a Howard:
" Bueno, una PDA en la cabeza tendrá algo de mérito, ¿no? " Denith sonrie con una mueca.

"Uno actua como debe actuar, nunca he permitido que los demás me influyan más de lo debido. Aun así, estos tiempos son dificiles en muchos sentidos, Señor."

 

Howard asiente.

"Lo son... El Emperador le tiene tan poco aprecio a los sintéticos como les tenían los Jedi. Por alguna razón parece compartir su desconfianza hacia cualquier ser que la Fuerza no puede tocar. Esperaba que el Nuevo Orden representase una nueva era para los droides... pero por desgracia no ha sido así. Aún así..."

Howard se levanta del trono, sorprendiéndoos un poco. Varios cables y conectores se sueltan y repliegan automáticamente con un siseo.

"Cuando le encontraron a mi buen amigo Archa una enfermedad degenerativa y tuvieron que reemplazar gran parte de su cuerpo con componentes droide fue cuando comencé a interesarme en el transorganismo, en la idea de la tecnología droide como el siguiente paso evolutivo de las especies orgánicas de la galaxia. Eso... eventualmente me llevo a mi estado de desarrollo actual. Más de un 80% de mi cuerpo orgánico ha sido reemplazado por componentes mecánicos. Mi propia mente ha sido ampliada con matrices droide, que me permiten funcionar a un estado muy superior al que antes era capaz. Dudo que ya pueda morir de viejo, señor Rexnor. ¿No le intriga?"

 

Añado un pequeño comentario, en parte para mí mismo y en parte a lo que ha comentado Howard antes de levantarse:
"Mmmm… No estoy seguro de que con la propaganda anti droides de la República durante las Guerras Clon hubiesen tenido una transición rápida en el Nuevo Orden a una sociedad donde los droides son mejor apreciados que antes…"

 

Denith mira detenidamente a Howard un rato, luego contesta, con la mirada perdida:
" Aunque por mi situación y mi pasado, mejoras y todo tipo de... transhumanidad me son interesantes, y un poco intrigantes debo reconocer, tengo que decir que me tengo que mostrar reticente ante ciertas barreras que se deben o no traspasar..."
Denith parece que se pierde en sus pensamientos... y murmura un poco. Al rato parce que vuelve en sí.
"Discúlpeme Señor, no hace mucho que..." Se aclara la garganta, y vuelve a enfocarse diréctamente en Howard:
" Desde luego estoy interesado en toda la mecánica cyborg, pero no estoy tan a gusto con conseguir la vida eterna... un ser vivo no necesita tantas vidas. Aun así, mejorarse a uno mismo, incluso prolongar la vida, sobretodo por un buen propósito, son recursos a tener en cuenta. ¿Me equivoco, Señor?"
Sin darse cuenta Denith se ha cuadrado y ha adoptado una posición firme mientras contestaba esto último.