Spain FF Spain D6: SPACE RIDERS III: LANCER SQUADRON

La tetería es un oscuro local impregnado de una variedad de olores de plantas aromáticas que según un cartel en la entrada son todas nativas de la grieta de Palmedra.

En cuanto entráis veis a la dueña, vestida con una sencilla túnica gris, inclinarse sobre una mesa para verter agua hirviendo sobre una taza de cerámica que un ugnaught mira expectante.

Hikari reconoce inmediatamente a Kyoko: se ha cortado el pelo, antes largo y trenzado y ahora más corto estilo bob, pero parece que los años no pasan por ella.

Kyoko gira la cabeza instintivamente al oír la puerta abrirse y la sorpresa causa que algo de agua caiga sobre la mesa. La mujer se disculpa y comienza a limpiarla con un trapo, mientras sigue mirando a Hikari de reojo y con cierta cautela.

 

Al ver la interacción asiento levemente hacia Kyoko mientras mantengo las manos alejadas de las armas, por tranquilizar.

 

Hikari piensa que lo mejor es no llamar demasiado la intención y se sienta en una mesa. Invita a sus amigos a que le imiten y levanta la mano para que les atiendan.

 

Kyoko se dirige a la mesa, se sienta junto a Hikari, y sujeta suavemente la mano de Hikari entre las suyas en cuanto este la vuelve a bajar, dirigiéndole una sonrisa cálida y agradecida. Parece que no haya pasado nada de tiempo, aunque en realidad han pasado muchos años. Dice con voz casi susurrada:

"Así que lograste escapar de Bal Moccari. Hubo rumores de que HoKen te había alcanzado antes de que lograras salir del planeta."

 

Hikari asiente y susurra de vuelta: "Afortunadamente, sólo son rumores. ¿Cómo te fue a ti? ?Cómo está la situación por aquí? Llevo mucho tiempo intentando encontrar a las Damas Blancas supervivientes" Mientras Hikari espera la respuesta mira a su alrededor en busca de amenazas, nervioso.

 

"Escapé de la fortaleza..."

Parece dolorida, como si no quisiera recordar esos tiempos.

"Llevo aquí una vida tranquila. No estoy en las listas de Damas que estaban fuera del planeta cuando..." *pausa* "...y por lo tanto nadie me busca."

 

Sentado a la mesa con la atención puesta principalmente en la entrada, decido intervenir:
"Reiko Zu también sobrevivió. Aunque ella escogió una vida mucho menos tranquila después…"

 

Denith espera a que los demás lleven la conversación. Por ahora, se está centrando en la carta de postres.

 

Kyoko mira rápidamente a Jad y después a Denith, y parece por fin reconocerles. Mira de nuevo a Hikari, comprendiendo que ha pasado todo este tiempo con la gente que le rescató de la fortaleza.

"Aquí estoy segura. Incluso si el Imperio me encontrara, tengo mi modo de escapar y mis lugares donde esconderme."

 

Hikari asiente satisfecho antes de contestar: "Bien. Estaba preocupado por el destino de las Damas Blancas pero, si aquí estás bien no te molestaremos más." hace una pequeña pausa "Ahora yo pertenezco a un grupo que lucha por la libertad. Si algún día te levantas con ganas de acabar con las injusticias del Imperio, intenta ponerte en contacto con nosotros. Aunque, no será fácil." Hikari para de hablar invitando a sus compañeros a participar por si quieren añadir algo.

 

Tras pensar unos momentos, apunto en un papel a la vieja usanza una lista de direcciones en Chandrila, Enwyn y Cartao.
"Dejando un mensaje en cualquiera de estos sitios, nos lo harán llegar."
La miro más directamente pero con algo de cautela.
"También podemos decir a Reiko y a las hermanas Arai que te encuentras sana y salva… si te parece bien."

 

Kyoko niega rápidamente:

"Cuanta menos gente sepa que sigo con vida, mejor."

 

"Es lo mejor si quieres escapar de todo esto."
Denith está haciendo gestos para que le traigan uno de los pastelitos que figuran en la carta.

 

Un desvencijado robot flotante se acerca con una ensaimada.

 

Denith inclina la cabeza a modo de agradecimiento y empieza a degustar la ensaimada (sin tener en cuenta que la barba se está manchando con la cobertura del dulce)

 

Hablo de nuevo a Kyoko:
"¿La presencia imperial aquí está yendo a más o se mantiene más o menos constante? Viniendo vimos pasar a un par de soldados de asalto y nos preguntamos si estarías pensando en cambiar de lugar, por ayudar si pudiéramos, pero no parece ser el caso…"

 

"El Imperio está en todas partes..."

 

Asiento de nuevo, contemplativo.
"Por eso hacemos lo que hacemos…"

La miro con una sonrisa triste pero sincera.
"Quizá algún día llegue el momento en que gente como tú ya no tenga que seguir ocultándose." Miro de reojo rápidamente a Denith y Hikari, y empiezo a levantarme. "Nos alegra saber que estás bien, de verdad. Haremos lo que esté en nuestra mano para que ese día llegue lo antes posible."

 

Semanas más tarde...

La Hyperion está en el hiperespacio en dirección a Gelgelar, un planeta del Sector Elrood en los Territorios del Borde Exterior.

Savanne estira las piermas, se aparta su largo pelo rizado de la cara, y bosteza:

"¿Y venimos aquí a ver a quién?"

Meggan, de pie en una de las estaciones de mantenimiento comprobando que los remaches al computador de navegación aún aguantan, dice:

"Buscamos a un yarkora llamado Sham-Sham Zelend, un experto en inteligencias artificiales. Nos dieron sus datos hace muchos años, así que... espero que siga aquí."

Uro se estira a su vez y dice con voz aburrida:

"¿Qué pinta un experto en inteligencia artificial en un lugar como Gelgelar? Es un puerto sombra pantanoso donde no hay más que criminales, exportadores de gas, y fugitivos políti--" *se da cuenta de que acaba de responder a su propia pregunta y dice enfurruñadi* "...oh."

Savanne se levanta y comienza a hacer estiramientos invadiendo el espacio personal de Meggan, que entorna los ojos sabiendo que la piloto intenta provocarla para empezar una disputa. Viendo que su estratagema para luchar contra el aburrimiento no funciona, Savanne coge un par de galletas de su mochila y se las echa a la boca, volviendo a sentarse y diciendo distraída mientras mastica:

"¿Y fara qué le feremof? ¿feclutamiento?"

Meggan mira hacia sus compañeros, no muy segura de cómo responder a esto mientras le echa una mirada de reojo al núcleo sapiente de KW-14, que reposa sobre la mesa dentro de una capa protectora de duracrílico.

 

Levanto la vista de mi datapad y miro atentamente a Savanne para ver si le cambia la expresión.
"Si pudieras resucitar a un compañero caído en combate, ¿lo harías?"

 

Savanne traga las galletas y sostiene la mirada de Jad durante varios segundos, soltando después una carcajada:

"Qué dramático que puedes llegar a ser. Con decir que venimos a reparar un droide ya valía."

 

Se escucha un gruñido ligero y gutural mientras Denith se acerca a recoger el núcleo de KW.
"B U E N O. Discutiríais bastante Savanne, así que seguro que esperarás con ansias conocerlo. Te hubiese gustado conocerlo. Siempre un comentario para todo."
Contesta mientras gira entre sus manos el núcleo de kiwi. Tiene cejas fruncidas.

 

Sonrío ante el comentario.
"Aún acabarán aliándose los dos contra mí o algo parecido, ya verás…"

 

CORTINAZO

Puerto Libre Gelgelar es la única ciudad en un planeta cenagoso y lluvioso del mismo nombre, en la que principalmente viven criminales, vagabundos y granjeros de ciénaga que extraen gases para flameadores y cultivan un moho llamado vohis. Construído en una colina seca en mitad de los pantanos, el asentamiento es un grupo de edificios cochambrosos construídos con partes viejas de astronaves rodeado por un círculo de plataformas de aterrizaje (poco más que rejillas metálicas atornilladas a columnas de hormigón que sobresalen del suelo húmedo) y un pequeño centro de reparaciones y astropuerto dirigido por un grupo de sullustanos. En el centro de la ciudad se eleva el único edificio de piedra de todo el asentamiento, un bello templo de aspecto antiguo pero en relativamente decente estado de conservación.

Tal y como os dijo Savanne, la única familiar con el planeta, habéis tenido que contactar por radio con la torre de control para que encendieran la baliza de aproximación, una medida de seguridad contra piratas, miembros de los sindicatos criminales, y especialmente las fuerzas imperiales. La Hyperion se posa en una de las plataformas y Savanne dice:

"Los precios de atraque solían ser bajos, sobre los 10 créditos por día, y el lugar es seguro. Oh, os aviso: no sé si habéis estado en otros planetas pantanosos, pero este es bastante distinto a la norma. Es tan húmedo y apestoso como el resto, pero hace un frío que pela. Tenemos suerte de que la temperatura hoy sea sobre cero. Poneos chaqueta."

Savanne se coloca un poncho sobre el traje de vuelo y esconde sus armas en su interior. Uro Vindi gruñe y mira a la ventana de la cabina, donde la lluvia repiquetea sin cesar:

"Bah. He visto sitios peores."

Savanne ignora al aqualish y continúa:

"Los chicos del Escuadrón Trauma usábamos a veces este lugar para realizar reparaciones de emergencia. Hay varios mecánicos de buen trato y excelente calidad que no hacen ninguna pregunta cuando apareces con un caza militar con marcas de combate. Aparte de eso... la verdad es que todos los lugares interesantes están junto al Templo de Kooroo. Una tienda, una cantina, y una pensión bastante barata pero más cómoda que estas literas. Si veis a tipos vestidos de azul y cantando majaradas pacifistas, mantened la calma: son tarados religiosos de la Comunidad de Kooroo y siempre hay alguno por aquí en peregrinación. La ciudad es pequeña, así que supongo que nos costará poco dar con vuestro droidólogo."

 

Mientras observa la lluvia repiquetear, Denith se asegura bien los guantes y se ajusta el gorro mientras:
"Entonces, todos preparados?"