Spain FF Spain D6: "Rebel Outbreak": partida de rol online

Nana entra en la cabina y saluda a su vez:

"Hey, Marcia."

Marcia sonríe ampliamente:

"¡Nana! ¿Ahora estás con estos perdedores? Creía que te habías retirado."

"Ya sabes: hay ciertos modos de vida de los que es difícil desprenderse. ¿Y tú, sigues andando con Greenbeard?"

"No, cuando vendí la corbeta y monté la Cantera, ninguno de mis antiguos tripulantes quiso seguir conmigo. Lo único que sé de Greenbeard es que pensaba unirse a los Piratas de Sarpori. No sé si acabó haciéndolo o no. Y oye... siento mucho lo de Kyle..."

Nana sonríe con tristeza:

"Gracias. Me alegro de haberte visto, Marcia."

Marcia le devuelve una sonrisa comprensiva.

 

Levanto una pseudoceja mirando a Marcia.
"¿…Greenbeard?"

 

“Antiguo contramaestre.”

 

Asiento.
"Y como última pregunta… ¿qué tal van las cosas por la Cantera últimamente?"

 

Marcia tuerce el gesto:

"Aunque me cueste admitirlo, no demasiado bien. Con el Imperio cerrando su puño cada vez con más fuerza, la ruta Girgon-Manucif ha perdido casi todo su esplendor y ahora apenas tenemos un par de visitantes al día. He tenido que instalar tanques de combustible en el fondo del cráter para intentar sacar un sobresueldo repostando a cargueros pesados, pero no sé si va a acabar siendo lo suficientemente rentable. Y, por supuesto, siempre están los Cinco Sindicatos intentando convencerte de que ellos son los únicos que pueden protegerte de las fuerzas imperiales. El dinero escasea y ya apenas quedan ninguno de los habituales por aquí: Lazareus se mudó al Sector Anoat, Bai lleva unos meses instalado en el Anillo de Kafrene, y por aquí sólo quedamos el viejo Silnahr y yo: incluso los trabajadores de la Cantera son todo gente nueva. La galaxia está cambiando, y creo que me estoy comenzando a hacer demasiado vieja para todas estas preocupaciones..."

 

"Vaya… A Lazareus le vimos por allí hace no mucho, cierto…" Suspiro. "Si quieres que recomendemos el sitio a gente de confianza, lo haremos encantados. Nos ayudasteis mucho en nuestros inicios."
Asiento a modo de despedida, preparado ya para desconectar en cuanto responda.

 

"Gracias. Buena suerte, chicos."

 

Me despido con la mano.
"Igualmente, y hasta la próxima." Sonrío, y finalizo la llamada.

Tras ello me giro hacia el resto.
"Bueno, pues… Creo que con lo que nos ha dicho tenemos cosas más concretas que preguntar para hacer averiguaciones. A ver si Mesara tiene las respuestas…"
Empiezo a caminar de vuelta a la nave, pensativo.

 

Llegáis de vuelta a la nave y os colocáis en vuestras posiciones. El viaje hacia el Sector Esaga, donde Mesara tiene ahora su base, podría ser relativamente largo.

 

Miro al resto de compañeros cuando me dispongo a realizar los cálculos.
"No creo que podamos permitirnos demasiado tiempo en esto… Voy a intentar recortar cinco horas de viaje."

Me concentro en la astronavegación, y cuando acciono las palancas confío en que no tengamos percances…

Astronavegación 7D+3D = (1+5+1+5+3+5+2)+(4+3+3) = 27

 

La Hyperion entra en el hiperespacio. Todos estáis extrañamente en silencio, aunque nadie puede explicar exactamente por qué sentís que esto os da mala espina.



Dos horas después aparecéis sobre Bingul (nombre completo nativo: Been'Gul'Kaa'Rytex), el selvático planeta donde tiene ahora su base Mesara el Hutt, vuestro antiguo aliado. La selva es muy distinta a la de vuestra base y os dais cuenta con cierta envidia: ríos de agua misteriosamente violácea serpentean a través de una selva que incluso llamaríais apacible, con escasos carnívoros de gran tamaño y con numerosas aldeas de los nativos beengulanos. En lo más profundo de esta selva, bajo los cielos rosáceos del planeta, se encuentran los restos del Honorabilidad, el crucero Jedi que fue derribado aquí durante una cruenta batalla de las Guerras Clon y que ahora se ha convertido en el centro de una pequeña red de edificios dentro de la que Mesara ha trasladado su operación.

Vuestra nave toma tierra en una de varias plataformas elevadas sobre los árboles, que inmediatamente descienden hasta suelo firme movidas por inmensos hidromotores. La base parece muy ajetreada y comprobáis que apenas conocéis a nadie en la gente que trabaja para el hutt, aunque la twi'lek Aela os reconoce inmediatamente y os saluda efusivamente: Jad y Denith la conocen de la Batalla de Ord Endebes y parece ser que desde entonces ha acabado convirtiéndose en la jefa de seguridad de la base.

Tardáis poco en ser llevados frente a Mesara, que ha construído su sala de mando en lo que solía ser el puente del antiguo Venator y cuyo pozo central ahora ha sido transformado en una especie de piscina (Jad recuerda claramente que Mesara, a diferencia de otros hutts, prefiere los baños de agua a los baños de barro). El hutt serpentea hacia vosotros, flanqueado por los habituales guerreros sombra kage, y levantando sus manitas a modo de saludo brama:

"¡Jad! ¡Denith! ¡Ma bukees! ¿Habéis venido a visitar al viejo Mesara?"

 

Hago una reverencia.
"H'chu apenkee, gran Mesara. Había pasado demasiado tiempo." Señalo a los alrededores con una mano abierta. "Parece que los negocios son prósperos."

 

"Oh ho ho ho ho ho. Bueno, realmente no es que me mueva a escala galáctica, y este agujero en el barro no tiene nada que ver con mis palacios en Ord Endebes y Cydoc IX... pero gano los suficientes créditos para pagar a mi gente y seguir operando. ¿Qué os trae hasta aquí?"

 

"Pues, como aquella vez que nos vimos forzados a ir tras Kodi Viltarr, veníamos en busca de la información que pudiera proporcionar alguien mucho más versado que nosotros en estos menesteres. En esta ocasión son asuntos que parten más de iniciativa propia, aunque un par de ellos requerirán algo de discreción…" Miro de reojo a los kage, aunque probablemente tampoco abandonen su presencia en esta ocasión, y a otros asistentes que pudiera haber en la sala, si es el caso. Devolviendo la mirada a Mesara, continúo.

"El primero, no obstante, es sencillo. Hay un yam'rii llamado Yarno que se convirtió en rival nuestro desde una pelea en Skeptre hace algún tiempo, y con el que queríamos intentar contactar. No tenemos ánimo de venganza ni intención de que le ocurra nada, sino más bien ver si podemos limar asperezas y dejar dicha rivalidad atrás. Lo malo es que ya no opera desde Skeptre y no sabemos cómo dar con él…"

 

El hutt echa la cabeza hacia atrás y suelta una risa lenta y grave:

"¡OH HO HO HO HO HO!"

Tras esta demostración de salero hutt, Mesara repta para acercarse más a vosotros y dice:

"Eso no suena muy difícil. A ver, espera un momento... ¡Koral! ¡Acude a mi presencia!"

Un humano de mediana edad y aspecto patibulario se acerca a vosotros, os mira con desconfianza, y después hace una reverencia ante Mesara, que le responde:

"Tú estás al día de todo lo que se rumorea por la Infonet de Cynabar", dice refiriéndose a una famosa infonet clandestina de información para contrabandistas, "¿has oído hablar de un yam'rii llamado Yarno?"

Koral se rasca la rala barba con el dedo índice y después dice con voz sorprendentemente aguda:

"Conozco el nombre. Déjeme realizar una consulta rápida, Su Inmensidad."

El hutt le despide con un gesto rápido y el humano se acerca a una terminal de datos, tecleando rápidamente. Mesara se gira y os explica:

"Tengo oídos en casi todos los canales de información clandestina. Intento que no vuelva a pasarme lo de Ord Endebes..."

Cinco minutos después, el humano vuelve a vosotros y le dice a Mesara:

"Hace unos meses hubo bastante contenido respecto a su expulsión de la ciudad libre de Skeptre, pero desde entonces, nada. He encontrado una referencia reciente, no obstante, de la que he podido deducir que su tratante de objetos robados habitual es un chagriano llamado Cartir Min."

Mesara murmura con apreciación:

"Lo conozco, lo conozco. Vive en Calius saj Leelo, en el planeta Berchest. Se especializa en objetos religiosos y de cultos diversos."

El hutt se gira hacia vosotros:

"¿Os sirve esto para empezar, pateesas?"

 

Asiento un par de veces.
"Nos es muy útil, Mesara, te estamos muy agradecidos. Trataremos de seguirle el rastro a través de esa pista."

Pongo la cara algo más seria.
"Y hablando de canales de información clandestina… el año pasado salió un dato interesante que concernía a nuestra tripulación…" Me señalo junto a Denith y Hikari en un mismo gesto. "¿Hay alguna idea de quién puede haber sido?"

Mi expresión se vuelve preocupada y alerta, nervioso al decir eso delante de toda esta gente.

 

Mesara asiente gravemente:

"Únicamente que... sigue en pie. Ningún cambio. Y ninguna nueva información."

 

Cuando Jad señala a Hikari, el ex-policia hace una reverencia ante "Su Inmensidad".

 

Asiento lentamente a la respuesta de Mesara.
"De acuerdo… A ver si logramos que se solucione de una forma u otra este asunto, porque la verdad es que nos quita bastante capacidad de maniobra…"
Decido cambiar de tema.
"Mientras tanto, también nos vendría bien toda la información posible sobre los piratas de Clebbard… O de alguien que tenga contacto con ellos…"

 

Mesara se rasca la barbilla y mira a Koral, que se encoge de hombros y se dirige de nuevo a consultar las infonets.

"No me suenan. ¿Actúan a escala galáctica?"

Koral dice sin apartar la mirada de la consola:

"Son un grupo del Sector Nooliano, Su Inmensidad."

"Hmmm. Nunca he tenido negocios con ellos. ¿Algo de información relevante?"

"No especialmente, Su Inmensidad. A diferencia de los contrabandistas, los piratas no mantienen ninguna infonet, y a diferencia de los cazarrecompensas, no pertenecen a ninguna cofradía centralizada."

"El Imperio toma muy en serio la piratería. Ha comenzado guerras de conquista por ella. No me extraña que se mantengan aislados en estos tiempos que vivimos. Tendréis que investigar sobre el terreno. ¿Algo que pueda resultarles útil, Koral?"

"No mucho, Su Inmensidad. Hay una recompensa activa por la captura de su líder, Rhana D'Armiround. No encuentro ninguna información de confianza sobre su composición ni tamaño. Lo normal en estos días, como Su Inmensidad dice. Desde la masacre de los Eyttyrmin Batiiv en Khuiumin, la mayoría de grupos piratas intenta no dejar ninguna huella."

 

Hago una inclinación de cabeza tras recibir la información.
"Sí… es comprensible. Pero el hecho de que haya pocos datos también nos resulta útil para decidir cómo proceder." Hago otra reverencia. "Muchas gracias, gran Mesara."

 

Cuando termina Jad, Hikari de un paso adelante y vuelve a hacer otra reverencia: "Su inmensidad, soy Hikari Shiba, nuevo miembro de la tripulación de la Hyperion. A su servicio. Me preguntaba si sería posible contar con su ayuda en un pequeño asunto: estamos buscando el paradero de las Damas Blancas supervivientes tras la destrucción de su sede por parte del Imperio." Aún inclinado, Hikari espera una respuesta.

 

Denith, ante la noticia de la información sobre "la información de su tripulación", comenta mientras hace una reverencia con la cabeza:
" Dentro de lo que cabe es una buena noticia, gracias su Inmensidad. Al menos el interés a decaído. No podremos descuidarnos, no obstante."

 

Mesara emite un murmullo gutural pensativo y dice:

“Ahh, las Damas de Bal Moccari. Cómo ha cambiado la versión oficial: de ser un grupo pacífico exterminado por terroristas, a ser descrito por COMPNOR como un grupo terrorista eliminado en una lucha interna contra otros terroristas aún peores. Supongo que eso es lo que ocurre cuando descubres que hubo supervivientes a tu masacre y tienes que asegurarte de que no pueden hablar en tu contra, ¿hmmm?”

Mesara se gira pensativo y dice:

“Veré lo que puedo hacer, pero estos días las Damas Blancas están casi tan escondidas como los Jedi supervivientes. Muy triste que decidieran hacer involucrarse en la resistencia contra el Imperio en lugar de seguir siendo un inofensivo servicio de acompañantes para los famosos y los poderosos...”

 

Asiento lentamente, y buscando cómo responder recuerdo las palabras de Marcia.
"Sí… Últimamente cualquier cosa que desafíe al Imperio está bastante más complicada… Incluso el contrabando se está poniendo difícil…"
Suspiro.
"Toda esta información nos será útil, gran Mesara. Tienes nuestro más sincero agradecimiento." Me llevo la mano al pecho, y hago otra pequeña reverencia. "Con algo de suerte tendremos más libertad de acción si solucionamos nuestro pequeño problema, y podremos ponernos a tu servicio como es debido…"