Spain FF Spain D6: SPACE RIDERS III: LANCER SQUADRON

El viejo yarkora carraspea irritado mientras cierra la carcasa:

"No has escuchado nada de lo que estaba diciendo. La serie KW tiene menos de cincuenta años de antigüedad. El problema que tenéis es que si intento reiniciar este núcleo lógico dañado en una carcasa moderna no va a funcionar. Por eso necesitáis un cuerpo droide antiguo, de antes de que se implantaran los estándares de seguridad actuales."

Sigue gruñendo mientras le devuelve el droide a Denith.

 

Denith asiente.
"Interamos buscar un droide que reuna las características. Gracias Sham-Sham."
Mientras se rasca la cabeza.
"Pues ya que estamos dejemos al resto dar una vuelta por la zona, antes de volver a la nave. Así planificamos el siguiente paso."

 

Savanne se levanta del taburete donde estaba sentada de un respingo y dice:

"¡Las mejores noticias que he recibido hoy!"

Tras pensarlo un par de segundos añade:

"¿Alguien más quiere venir al Templo de Kooroo?"

Sham-Sham toma la mano de Denith entre las suyas y la estrecha firmemente, esbozando una sonrisa:

"Buena suerte. Ya sabéis dónde estoy."

 

Asiento hacia el yarkora.
"Muchas gracias por la ayuda. Intentaremos que sea lo antes posible."

Tras eso meto las manos en los bolsillos de la chaqueta y camino hacia Savanne.
"Pues la verdad es que tengo curiosidad… ¿Solía ir más gente de Trauma también allí?"

 

Savanne resopla sarcásticamente mientras sale del taller:

"Qué obsesión con Trauma. ¿Te debe alguno dinero?"

 

Me río ante eso último.
"¡Tú dijiste que solíais venir aquí! Lo que no sé es si a visitar el templo ibais más gente o era un asunto más… personal"

 

Savanne se gira con una pirueta sin dejar de caminar mientras pasa la lengua por encima de sus dientes sin abrir la boca, gesto que hace a menudo cuando pierde la paciencia. A pesar de eso, su mirada parece más divertida que otra cosa:

"No me digas que te has enganchado de mí. Yo creía que tenías novia, Rek."

Uro suelta una carcajada. Savanne continúa:

"Vaya interrogatorio. Tienes suerte de que estoy de buen humor. Hace días que no puedo sacar apuntes al natural, y estoy de esculpir las columnas de la base hasta el gorro..."

Meggan sonríe levemente y añade:

"¿Solamente vas a tomar bocetos?"

Savanne otea para asegurarse de que vais en la dirección correcta y responde:

"Sí, cuando venía con Trauma nunca teníamos tiempo de hacer nada así. Los templos de Kooroo son uno de los grandes misterios de la galaxia. Están por todo el Borde Exterior y nadie sabe quién los construyó."

Meggan asiente en respuesta:

"Sé algo del tema. Tienen más de veinte mil años de antigüedad, ¿no?"

"Sí, de mucho antes de la Antigua República. Los fantoches enmascarados que hoy en día queman incienso en su interior dicen que los construyó su dios, el gran y todopoderoso Kooroo, pero nadie sabe realmente de dónde han salido."

Meggan sonríe con tristeza:

"A Nana le habría gustado ver esto."

Savanne asiente mientras se pone seria, su momento de buen humor disipándose en la niebla de la mañana:

"La verdad es que echo de menos hablar con ella de estas cosas..."

 

Tras un momento de silencio, Denith responde:
"Pues nos puedes contar a nosotros las peculiaridades de este templo de Kooroo. ¿Siguen el mismo patrón siempre?"

 

Sonrío tristemente al ver que han sacado ese tema.
"En Nana estaba pensando yo también con lo de este templo… Y en Vorian, que enseguida se pondría a hacer preguntas para ver si tenía relación con los Jedi…"

Tomo aire y miro a Savanne.
"Respecto al interrogatorio… es que con otros pilotos de la célula me resulta más fácil tomarles el pulso, digamos. Saber más o menos sus motivaciones, o cómo van a reaccionar ante ciertas cosas… Pero contigo a veces me encuentro con una especie de caja negra. Hay cosas que te hacen reaccionar mal sin que entienda por qué y me gustaría poder evitarlo, y hoy que estabas de mejor humor y respondiendo más cosas, pues… pensé que mejor aprovechar." Me rasco la sien.

 

Savanne se gira hacia Jad algo exasperada:

"Si quieres que seamos amigos y juguemos a sabacc entre misiones y nos contemos los horribles traumas de juventud que nos han llevado a esta situación, esta no es la manera. Si tiene que pasar, pasará, ¿vale?"

Uro le da una palmada a Jad en la espalda:

"Venga, haya paz. ¿Cuánto tiempo creéis que nos podemos permitir en el puerto? Porque he visto mientras pasábamos un cartel de una destilería local y no me importaría esperaros allí hasta que terminéis de hacer turismo."

 

Antes de responder a Uro asiento hacia Savanne:
"Entendido." Levanto el dedo índice. "Y de hecho esto que dices también me es útil."

Sonrío, y me giro hacia los demás.
"Y… en principio pensábamos pasar aquí todo el tiempo que tardase Zelend en reparar a KW… pero ahora para continuar con esto hay que pensar en opciones para conseguir un droide de 3000 años." Miro de reojo a Denith. "¿Supongo que puede hablarse el tema en la destilería siendo parte de la misión aquí?" Pauso un segundo. "Yo sigo teniendo interés por ver el templo antes… pero podríamos encontrarnos allí."

 

Uro dice:

"Capitán, ¿se apunta? ¿Hikari?"

Savanne entrecierra los ojos y le hace un gesto a Jad con la mano para que se acerque a hablar con ella en privado.

 

Mientras espero la respuesta de Denith, me acerco a Savanne con mirada algo interrogativa.

 

Savanne pone los brazos en jarras y dice:

"Mira... quiero dejarte un par de cosas muy claras..."

Se cruza de brazos, se asegura de que nadie escucha, y continúa:

"¿Quieres saber por qué estoy en la Rebelión? Por dos cosas." *comienza a enumerar con los dedos* "Primero, por mis creencias políticas, de las que no creo que nadie dude. Segundo, y más importante, porque es el único lugar en toda la galaxia donde normalmente no sólo me toleran sino que me aprecian, a pesar de que jamás voy a ganar un premio de popularidad, porque tengo talento, tengo ambición y sobre todo trabajo muy duro. Mi infancia fue completamente normal, Viridux, desde la guardería hasta mi primer trabajo en un almacén de pez colo congelado. No hay ningún esqueleto escondido dentro de mi armario. Siempre he sido la rara, la insufrible, la insoportable, desde que tenía cinco años y le tiraba del pelo a mis compañeras en la Escuela Artística de Theed. Es como soy, y nada va a cambiarlo. Acabo la mitad de mis relaciones a puñetazos porque..." *sus manos comienzan a temblar y suspira profundamente* "...porque no soporto esta galaxia en la que vivimos y no soporto a la gente a la que le parece lo más normal. Y no sé comprometerme, y no sé cómo fingir que todo va bien. Por eso este es mi único lugar en la galaxia y por eso quise venir con la unidad del general Rexnor."

Cierra los ojos y recita:

"Así que, por favor, haz como todos los demás que no me soportan e ignórame entre misiones. Si no sabes cómo voy a reaccionar, como has dicho antes, no creo que vayas a aprenderlo nunca. No tienes nada que ganar aquí."

 

La miro abriendo los ojos cada vez más a medida que habla, al empezar a comprender de repente todo lo que llevaba meses y meses preguntándome.
"Oh. Ooh. Esto… Creo que esto es justo lo que…"

Me paro, y decido empezar de nuevo.
"Gracias por contarme todo esto. De verdad. Creo que has disipado todas mis dudas de repente…" Sonrío de medio lado mientras miro al suelo negando con la cabeza, y vuelvo a dirigirme a ella. "Mis torpes intentos de averiguar cosas eran porque parecía haber algo tras esos enfados que parecían repentinos, y necesitaba saber si la causa éramos nosotros, o algo anterior, o en general qué los propiciaba. Lo cierto es que no sabía si podría ocurrir durante una misión si decíamos o hacíamos algo concreto, o si podía suponer algún riesgo." Me rasco la sien de nuevo.

Cerrando el puño frente a mí mientras hablo, continúo:
"Pero si es una furia candente ante cómo están las cosas… Esto lo cambia todo. Es perfectamente comprensible, encaja perfectamente, y me siento estúpido por no haberlo pensado." Sonrío llevándome la mano a la frente, aún sorprendido por la situación. "Y no sólo me quita la preocupación que tenía al respecto, sino que la realidad es mucho mejor de lo que podía imaginar. Es… Es que es justo lo que necesitamos en un grupo que se dedica a estas cosas."

Me meto las manos en los bolsillos, aún sonriendo y negando con la cabeza.
"Tras esto creo que sólo me queda disculparme por mi falta de confianza, y por haber causado molestias con tantas preguntas." Bajo la mirada pero sin perder la sonrisa. "Oh, y si alguna vez que te cabrees no es por este enfado generalizado sino porque yo concretamente soy idiota, siéntete libre de señalarlo, claro. Que visto lo visto…"

 

"No te preocupes por mi rendimiento en la misión. Daré la vida por cumplirla y si es necesario os cubriré las espaldas hasta mi último respiro."

Jad quizás espere una sonrisa tras este comentario, pero esta no llega: Savanne mira al duros seria, sin parpadear. Finalmente Savanne respira profundamente y dice:

"Vámonos al templo."

Meggan, que estaba esperando discretamente a que terminarais de hablar, se acerca:

"Yo voy también con vosotros. Tengo curiosidad."

Savanne asiente y seguidamente eleva la voz y le dice en dirección a Denith y Uro:

"General, le debo una lección sobre los templos de Kooroo. Nos vemos en la cantina."

Meggan se gira hacia Hikari y le dice:

"¿Vienes o nos esperas tomando algo?"

 

Tras ver su conflicto interno resuelto, Denith asiente, claramente entusiasmado de no tener que perderse la visita a la cantina.

 

Hikari mira a ambos grupos, se encoge de hombros y dice "Voy con vosotros"

 

Los miembros de Lancer pasan unas horas agradables, a pesar del frío y húmedo planeta.

Savanne toma un boceto tridimensional del pórtico del templo, impresionando a Jad, Hikari y Meggan, e incluso tímidamente les enseña su colección personal, que incluye modelos de la Hyperion y de su Ala-Y.

En la cantina, Denith y Uro degustan la "cerveza limpiacañerías" de Gelgelar, y en cuanto los demás vuelven del templo se unen a la explicación de Savanne sobre el misterio de los constructores de Kooroo.

Es un día tranquilo y casi perezoso, y a pesar de las anteriores palabras de Savanne casi pueden dejar de lado sus responsabilidades por unas horas y olvidar que hay una guerra en marcha...

...Igual que Tyn casi olvida dónde se encuentra cuando por fin abre los ojos. La confusión en pronto reemplazada por familiaridad, y esta a su vez por aprensión. Hay silencio. Nunca una buena señal en un escenario bélico. Ha caído dormida con el diario sobre su regazo y no sabe cuánto tiempo ha podido pasar. Todas las literas a su alrededor están vacías y Tyn se incorpora alarmada. La tensión muere inmediatamente cuando ve al sonriente Zander entrar en la habitación con una humeante bandeja de raciones alimenticias. Un breve intercambio de palabras después, Tyn comprende que el sargento ha decidido dejarle dormir durante casi nueve horas. Algo avergonzada, Tyn come en silencio sentada en la cama, evitando mirar a su compañero directamente a los ojos. Zander le mira con una mueca de comprensión y se marcha mientras dice que el sargento les quiere a todos reunidos en una hora para discutir sus siguientes movimientos. Cuando la puerta se cierra tras Zander, Tyn deja caer la cuchara. No puede comer más. Siente que vomitará cualquier otra cosa que llegue a su estómago. Aunque haya sobrevivido a la noche (ha sobrevivido a la noche) sabe que la Primera Orden sigue fuera, pendiendo sobre sus cabezas, y que es cuestión de tiempo antes de que se reanude el bombardeo.

Tyn suspira agobiada y se deja caer de nuevo en la cama, abriendo casi sin pensar el viejo diario.

Una hora. Tiempo de sobra...​

...y ha pasado tiempo desde el viaje a Gelgelar. Han sido meses, aunque han sido días tan atareados que a los miembros de Lancer les cuesta decir cuántos.

De nuevo se encuentran a bordo de la Hyperion, en el hiperespacio. Jad mira la cuenta atrás con algo de aprensión: hoy es un día importante. Hace apenas dos horas les llegó una llamada de Beka Lann con órdenes firmes: subir a todo el personal disponible a bordo de la Hyperion y prepararse para una operación de emergencia y de máxima prioridad.

Junto a Jad se encuentra Denith, también expectante. Ha perdido ya la cuenta del número de saltos que han tenido que dar por razones de seguridad. También está algo tenso, pues sabe a dónde se dirigen.

Tras ellos se encuentran Hikari y Haldar, este último por primera vez en meses junto al resto del escuadrón pues ha tenido responsabilidades consulares de las que hacerse cargo: al menos su tapadera pública está aparentemente intacta y el acuerdo de comercio que ha logrado entre los blutopianos y el gobierno de Bomis Koori seguramente haya evitado una próxima hambruna. Los otros dos miembros del escuadrón que han podido reunir están en la sala de descanso, también expectantes.

La espera, por suerte, es breve.

La alarma de cercanía suena y la nave sale del hiperespacio a distancia segura de un gigante gaseoso. Jad comprueba de nuevo los datos de la ruta de Beka, que se borrarán automáticamente en unos cincuenta segundos, y se dirige hacia una de las muchas lunas del planeta. Pronto un par de pitidos breves indican que un mensaje de radio llega por la frecuencia encriptada de la Alianza. Una voz masculina seria y carrasposa dice con autoridad:

"Lancer Uno, aquí Estación Massassi. Tienen una pista de aterrizaje disponible al sur del complejo. El general Draven quiere verles en cuanto aterricen."

La comunicación se corta, no sin que antes el operario diga:

"Bienvenidos a Yavin."


(Decidid qué otras dos personas están con vosotros, ya que el resto están ocupados con otras operaciones. Os recuerdo que podéis escoger entre Meggan, Savanne, Rhett, Mina, Uro y Uvecero.)

 

Maniobro la Hyperion sobre las junglas de la luna hacia el sitio indicado, mientras murmuro en voz alta, pensativo.
"General Draven… hm. ¿De qué tipo creéis que será esa operación de emergencia? ¿Inteligencia? ¿Militar?"

 

"Probablemente sea una mezcla de ambas. Cuando nos reclaman de esta manera nos encargan siempre misiones poco convencionales."

 

Denith lanza un leve pero alargado gruñido.
"Nos va a hacer falta más que jetpacks para la misión. ¿V0 está puesto a punto chico?"

 

"El que tiene que ponerse a punto soy yo... Y rápido." suspiro "Demasiado tiempo sin acción y ahora parece que vamos directos a algo realmente difícil."

 

Uvecero rueda a la cabina, piando ufano al escuchar su nombre. Tras él entra Mina, seria y preocupada.

 

Sonrío a lo dicho por Haldar.
"¿No has usado el blaster en estos meses? Tiene que ser curioso eso de lograr solucionar algo sin acabar disparando a nadie."

Suspiro.
"Algo me dice que esta vez tampoco será el caso…"